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Una unidad que transportaba toneladas de material higiénico se incendió de forma aparatosa sobre la autopista México–Tuxpan a la altura del municipio de Acolman
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El lunes un tráiler cargado con papel higiénico se convirtió en una mole ardiente de fuego sobre la autopista México–Tuxpan, a la altura de los límites entre Acolman y Teotihuacán, desatando escenas de pánico entre automovilistas y vecinos que jamás imaginaron presenciar un infierno de papel en plena carretera.
De acuerdo con versiones preliminares, la unidad pesada intentó tomar una desviación a velocidad inadecuada, perdió estabilidad y se impactó violentamente contra el muro de contención.
El choque generó chispas que encontraron combustible perfecto en la carga. En segundos, las llamas envolvieron la caja del tráiler y comenzaron a devorar los rollos de celulosa, elevando una nube espesa de humo negro que cubrió el cielo. El estruendo seco del golpe retumbó como un disparo y, casi de inmediato, el fuego tomó el control.
“Se escuchó horrible, como si algo explotara. Luego vimos el fuego levantarse de golpe, altísimo”, narró Ernesto, conductor que circulaba metros atrás del tráiler. “Nos bajamos corriendo porque pensamos que iba a estallar todo. El calor quemaba la cara”.

El tránsito quedó paralizado decenas de vehículos se detuvieron en ambos sentidos mientras los ocupantes observaban, entre miedo y asombro, cómo la unidad ardía sin control.
“Mis hijos se pusieron a llorar. Nunca había visto algo así, parecía una película, pero era real”, relató María, vecina de la zona que regresaba de Teotihuacán.
Al lugar arribaron bomberos de Acolman apoyados por pipas de agua, quienes enfrentaron grandes dificultades debido a la rapidez con la que el papel alimentaba el fuego.
Milagrosamente, el conductor logró salir de la cabina antes de que el fuego la consumiera por completo. No se reportaron personas lesionadas, aunque los daños materiales fueron totales.
La autopista permaneció parcialmente cerrada durante varias horas, dejando una estela de caos vial, olor a quemado y la imagen imborrable de un tráiler reducido a chatarra humeante, prueba de que, en el asfalto, cualquier descuido puede desatar una tragedia.