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Una avioneta ejecutiva se vino abajo a minutos de aterrizar y terminó por estrellarse en una zona industrial de San Pedro Totoltepec en Toluca. El saldo diez personas muertas
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Tremenda escena de caos se vivió el lunes al norte del municipio de Toluca, esto luego de que una avioneta se desplomó de los cielos para caer colapsada en la calle de Industria Automotriz en la comunidad de San Pedro Totoltepec. El jet de la empresa “Aéreos Estrella” con matrícula XA650 proveniente de Acapulco, Guerrero quedó hecho cenizas dentro de las instalaciones de la bodega.
El estallido se escuchó como un cañonazo. Después vino el fuego, el avión ejecutivo que descendía hacia cayó en picada y se incrustó en una bodega industrial, transformando una tarde ordinaria en una escena de muerte y caos.
La explosión levantó una nube negra visible a kilómetros, mientras fragmentos del fuselaje llovían sobre talleres y calles aledañas.
“Fue como si el cielo se partiera”, relata don Ernesto, vecino del lugar desde hace más de 20 años. “Sentimos el golpe, se fue la luz y luego vimos las llamas. Pensamos que había explotado una fábrica”.

Trabajadores de un taller mecánico cercano corrieron para ponerse a salvo. “Escuché un silbido raro y luego el trancazo. El calor nos pegó de frente, creí que no salíamos”, contó un testigo con las manos aún manchadas de hollín.
De acuerdo con los primeros reportes, la aeronave provenía de Acapulco y estaba a minutos de aterrizar cuando perdió estabilidad.
El choque fue devastador: el avión se desintegró y los cuerpos de los ocupantes quedaron severamente calcinados, lo que dificultó las labores de rescate e identificación. Autoridades confirmaron diez fallecidos, entre ellos el piloto y copiloto, aunque no se descarta que la cifra aumente conforme avancen las diligencias.
Bomberos, paramédicos y personal de Protección Civil de varios municipios trabajaron durante horas entre escombros humeantes y olor a combustible.
La zona fue acordonada con amplio despliegue policiaco. “Es una desgracia enorme, pero pudo ser peor”, dijo una mujer que observaba detrás del cerco de seguridad. “Aquí trabajan muchas personas, fue un milagro que no hubiera más muertos”.
Mientras peritos revisan los restos retorcidos del avión y recaban evidencias, San Pedro Totoltepec quedó marcado por el miedo. El lujo de la aviación privada terminó reducido a chatarra ardiente, dejando una estela de dolor, incertidumbre y preguntas que hoy nadie sabe responder bajo el cielo gris del Valle de Toluca.