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- Juventudes la ven como un referente más allá pasarela
- Confirma Ebrard inversiones millonarias y protección de 350 mil empleos
- Memoria indígena reivindicada: Malintzin y guardianas de lengua y cultura
JUAN R. HERNÁNDEZ
GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- Fátima Bosch no es sólo una corona: es una voz que decidió no callar. Eso quedó flotando en la mañanera cuando el nombre de la Miss Universo mexicana apareció entre cifras, planes y anuncios de Estado. No irrumpió como espectáculo, sino como símbolo: el de una joven que, en medio del escrutinio global, optó por hablar ante una injusticia y terminó recibiendo algo más valioso que cualquier título: el reconocimiento del pueblo.
Tras la entrevista exclusiva realizada por Grupo Cantón, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó, a pregunta expresa de Diario Basta, que estaría encantada de conocer personalmente a la tabasqueña luego de su reencuentro triunfal con sus paisanos.
La mandataria habló de disciplina, talento y del orgullo de ver a una mexicana representar al país en uno de los escenarios de mayor proyección internacional. Más allá de la pasarela, subrayó, Fátima proyecta una imagen positiva de México y se convierte en referente para las juventudes.
Sheinbaum fue más lejos. En tiempos de linchamientos digitales y juicios exprés, puso el acento en el valor civil de una mujer que no se dejó doblar. “Levantó la voz cuando consideró que había una injusticia”, dijo, recordando que el aplauso más legítimo no siempre viene de los reflectores, sino de la gente.
Minutos antes, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, había fijado el otro eje de la jornada: los números. Con tono sereno respondió a la pregunta clave: ¿cómo va el Plan México? En tiempo y forma. El portafolio de inversión suma más de 297 mil millones de dólares confirmados, sin cancelaciones, sólo adiciones. Los polos de desarrollo avanzan —seis a plena capacidad en marzo de 2026 y los nueve restantes en el segundo trimestre—, conforme a un diseño previo al inicio del gobierno. Incluso los aranceles, explicó, forman parte de una estrategia para proteger 350 mil empleos.
El contraste llegó desde el territorio. La presidenta dejó el atril para hablar del polvo de los caminos en la Sierra Tarahumara: tierras restituidas al pueblo ódame y demandas ancestrales de caminos, electrificación, médicos que se queden y escuelas cercanas. “Tomamos nota y vamos a cumplir”, aseguró, consciente de que ahí viven cerca de 100 mil personas en comunidades dispersas. En Ciudad Juárez, la escena cambió: jóvenes celebrando una nueva preparatoria que duplicará su capacidad a cuatro mil estudiantes.
Hubo espacio para la memoria. La reivindicación de mujeres indígenas, incluida Malintzin, abrió un debate sobre una historia escrita con mirada masculina y colonial. Reconocerlas, dijo Sheinbaum, es reconocer a las guardianas de lengua, cultura y valores.
