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Uno de los episodios más delicados en su historial es su detención en marzo de 1998 por los delitos de robo de vehículo y portación de arma de fuego
Ana E. Rosete
Pedro Haces Barba, diputado federal de Morena y líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), ha sido señalado en repetidas ocasiones por una serie de controversias que involucran antecedentes penales, conflictos de interés, opacidad patrimonial y prácticas políticas cuestionables, lo que ha mantenido su figura bajo permanente escrutinio público.
Uno de los episodios más delicados en su historial es su detención en marzo de 1998 por los delitos de robo de vehículo y portación de arma de fuego, asentados en el expediente CRV/114/98 de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. Si bien el caso no derivó en una condena y Haces recuperó su libertad, el antecedente genera cuestionamientos en la oposición sobre su perfil para el ejercicio del poder público.
A estos señalamientos se suma la revelación de que el legislador habría contratado a la empresa española Eliminalia, especializada en borrar información incómoda de internet, para retirar notas periodísticas relacionadas con su pasado judicial y otros cuestionamientos. El uso del llamado derecho al olvido fue criticado por organizaciones y analistas al considerar que se intentó ocultar información de interés público.

Otra de las polémicas más fuertes fue su impulso a la iniciativa de “cobranza delegada”, que planteaba permitir descuentos automáticos a salarios para el pago de créditos. Diversas investigaciones alertaron sobre un posible conflicto de interés, ya que empresas de préstamos vía nómina vinculadas a su entorno familiar podrían haberse beneficiado directamente. Aunque la reforma no prosperó, el intento dejó dudas sobre el uso del cargo legislativo para fines privados.
Se ha documentado una red de empresas relacionadas con Haces y su familia, algunas ligadas a servicios de limpieza, seguridad y mantenimiento, sectores históricamente asociados a prácticas irregulares y outsourcing laboral. Parte de estas compañías habrían obtenido contratos gubernamentales, lo que alimentó sospechas de tráfico de influencias.
Asimismo, la exposición de un estilo de vida lujoso, con ranchos y propiedades de alto valor, ha contrastado con el discurso de austeridad promovido por Morena. A ello se añadió un señalamiento por un presunto “voto fantasma” en la Cámara de Diputados, luego de que su voto apareciera registrado durante una sesión a la que él mismo admitió no haber asistido.
Aunque Pedro Haces niega los señalamientos y no enfrenta condenas vigentes, la acumulación de antecedentes y reportajes mantiene abiertas las dudas sobre la rendición de cuentas y los límites entre poder sindical, negocios privados y función pública.
