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El magnate y sus empresas han logrado en los periodos de neoliberalismo hacerse de predios donde explotan el recurso natural para su beneficio
REDACCIÓN
Ciudad de México.- La deuda por impuestos no es la única acusación que enfrenta el empresario Ricardo Salinas Pliego, ya que el presidente de Grupo Salinas concentra un poder real y tangible: concesiones de agua en un país que vive una crisis hídrica permanente.
Y es que durante el gobierno del panista Felipe Calderón le fue concesionado a Salinas Pliego un predio de 85 hectáreas en la Bahía de Tangolunda, en Huatulco, donde se encuentra un campo de golf, el cual era usado por el magnate como jardín privado.
Sin embargo, un decreto del ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador convirtió este espacio en Área Natural Protegida, enlazando dos importantes zonas de selva.
Si bien Ricardo Salinas Pliego que acusó al gobierno federal de estar en contra de sus inversiones, los señalamientos le llegaron por desviar ilegalmente el agua del predio para regar el campo de golf sin contar con una concesión que lo autorizara.

El medio Polemón dio a conocer que Producciones Especializadas, propiedad del magnate y que fue operadora del campo “obtuvo dos concesiones de agua en Santa María Huatulco, autorizadas por Conagua el 24 de octubre de 2017, que suman 179,045 metros cúbicos al año. Pero esas concesiones no eran para riego: estaban autorizadas exclusivamente para “acuacultura”, es decir, crianza de peces para consumo humano”.
Dicha situación fue documentada por Semarnat que reveló que el riego del “Campo de golf Las Parotas” representaba diez veces más agua que la utilizada en un día por toda la población de Huatulco.
La situación referente al control del agua de manera ilegal va más allá, ya que Banco Azteca, empresa propiedad de Salinas Pliego, cuenta con tres concesiones de agua: una de ellas para descargar aguas residuales y dos para la extracción directa. Lo insólito del caso es que la institución bancaria no tendría por qué tener concesiones del líquido vital.

El imperio hídrico de Salinas Pliego continúa en otros frentes, ya que su empresa Producciones Especializadas, además de sus concesiones en Huatulco, posee un título de uso de “servicios” en Ixtapaluca, otorgado bajo la administración de Carlos Salinas de Gortari, por 638 mil metros cúbicos anuales en el acuífero Chalco–Amecameca.
Para 2011, el Centro de Capacitación de Alto Rendimiento Azteca, obtuvo una concesión de 20 mil 290 metros cuadrados a la orilla del Río Chalma. Y el negocio del agua también ha alcanzado a los familiares más cercanos a Salinas Pliego, ya que su hermana, Esther Salinas Pliego, controla el 60% de la empresa Distribuidora y Comercializadora de Agua México S.A. de C.V.
Por tal motivo es que la deuda con el SAT es solo la punta del iceberg, ya que la verdadera preocupación y prioridad del empresario es seguir controlando el agua que suele ser escasa en la mayoría de los hogares de los mexicanos.