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Por Ricardo Sevilla
Se fue Gertz Manero y su puesto, en la Fiscalía General de la República, ha quedado vacante.
Hay una lista de 43 personas que aspiran a encabezar la FGR.
Conversé con César Gutiérrez Priego. Le pregunté, a quemarropa, por qué había decidido participar. Me dice que la gente se lo ha exigido.
“Deberías lanzarte, deberías inscribirte, si tienes congruencia y realmente quieres ayudar a transformar la vida pública de México”. Esa clase de mensajes le llegaron al especialista en seguridad pública. Incluso, me muestra algunos. Le llegaron torrencialmente a su WhatsApp, por correo electrónico, a sus redes sociales.
“Y como en esta vida hay que ser congruentes, no lo pensé dos veces: me inscribí”, me asegura el excandidato a ministro de la SCJN.
Sus aspiraciones no le impiden reconocer que hay buenos perfiles para encabezar la Fiscalía. “Creo que Ernestina Godoy pude hacer una excelente mancuerna con Omar García Harfuch”.
Me dice que el proceso, hasta el momento, le ha parecido real y límpido: “Yo, personalmente agarré mi computadora me puse a escanear mis documentos, y los subí”.
A Gutiérrez Priego no le parece que los dados estén cargados. Y enfatiza que lo que principalmente le interesa es que, tras la salida de Gertz, haya “una FGR que realmente acabe con la corrupción, con el nepotismo, con el abuso de poder con la violación a los derechos humanos”.
Le parece que Gertz Manero tuvo “una gestión gris”. Y agrega que “la Fiscalía General de la República es uno de los órganos constitucionales autónomos, con funciones de ministerio público, y por lo mismo no puede ser utilizada, nunca más, para venganzas personales”.
La postulación de Gutiérrez Priego es natural y legítima. Y es que los ciudadanos promedio buscan activamente llenar el vacío de credibilidad que ha dejado la gestión anterior.
De hecho, la exigencia popular a Gutiérrez Priego para que se lance de evidencia el hartazgo de las personas de a pie frente a los políticos de carrera. Y demuestra que los mexicanos y mexicanas buscan una perfil ciudadano que pueda desmantelar las inercias burocráticas y corruptas.
Una cosa es cierta: la única mancuerna que debe funcionar en México es la de la Ley y la Justicia.