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En el paradero de Cuautlalpan, operadores del transporte público alertan sobre la presencia de una banda que detiene vehículos fingiendo ser policías vehiculares
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
En Texcoco, el miedo volvió a instalarse en las inmediaciones del paradero de Cuautlalpan, donde una célula delictiva ha encontrado terreno fértil para operar disfrazándose de autoridad.
Transportistas relatan que, desde hace semanas, cuatro individuos tres hombres y una mujer detienen unidades sin motivo aparente, con actitudes que emulan un operativo de tránsito, pero sin portar insignias, placas o uniformes que acrediten su función.
Según testimonios, los sujetos se distribuyen alrededor del vehículo elegido para la extorsión: uno encabeza la retención, otro registra supuestas “faltas” y un tercero vigila armado, aunque varios choferes creen que el arma podría ser falsa. “No importa si es de juguete o no, la amenaza es real. Te cierran el paso y te arrinconan hasta que entregas dinero”, contó un operador de combi, visiblemente alterado. Agregó que, de resistirse, los extorsionadores han llegado a golpear carrocerías o amenazar con detener el vehículo.
Vecinos denuncian que el grupo utiliza dos autos para identificar a sus víctimas: un Jetta Clásico blanco y un Sedán guinda con vidrios polarizados. Ambos circulan repetidamente por la zona, eligiendo sus blancos entre taxis colectivos, unidades de carga ligera y automovilistas que salen temprano hacia la autopista. “Pasan despacio, analizan a quién atrapar. Es aterrador”, señaló doña Aurelia Jiménez, residente del barrio.
El clima de temor ha ido en aumento. Habitantes y comerciantes aseguran que esta banda opera a cualquier hora, lo que ha provocado la caída del flujo peatonal. “La gente ya no se arriesga. Prefiere caminar más o usar rutas alternas, aunque sean más tardadas. El negocio se nos vino abajo”, lamentó Javier Robles, encargado de un local de comida.
Las cifras oficiales no son alentadoras: la región oriente del Estado de México registra un crecimiento sostenido de denuncias por extorsión en carretera, situación que ha puesto en alerta a comunidades de Texcoco, Chimalhuacán y Amecameca.
