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REDACCIÓN
El renacimiento del Lago de Texcoco ha devuelto esperanza y memoria a los pueblos originarios de Chimalhuacán. Tras décadas de deterioro ambiental y pérdida de recursos, los habitantes del antiguo borde lacustre observan cómo la cancelación del megaproyecto aeroportuario permitió que el ecosistema comenzara a regenerarse.
Hoy, lo que hace unos años parecía un paisaje condenado vuelve a mostrar signos de vida.
En los canales y humedales recuperados reaparecieron especies que para muchos eran solo un recuerdo.
“Es como si el lago hubiera respirado otra vez”, comenta don Juvencio, pescador de San Juan, quien observa con orgullo el retorno del acocil, el ajolote y del llamado “requesón”, un gusano que por generaciones ha sido parte esencial de la dieta local. “Es nuestra comida de siempre; nuestros abuelos la recogían para alimentar a la familia”, explica.
La declaratoria federal de 2022 que convirtió al Lago de Texcoco en Área Natural Protegida abrió una puerta para revitalizar oficios casi extintos. Don Martín, vecino de Xochiaca, recuerda que la mitad del pueblo vivía del lago: “Pescábamos, recolectábamos ahuatle, espirulina, tequesquite. Hoy quedamos pocos que todavía sabemos cómo hacerlo”.
Pobladores señalan que este resurgimiento no podrá sostenerse sin apoyo gubernamental. Piden capacitación, recursos y programas que permitan transmitir el conocimiento.
EN 2022
La declaratoria federal de 2022 que convirtió al Lago de Texcoco en Área Natural Protegida abrió una puerta para revitalizar oficios casi extintos
CITA
“Es como si el lago hubiera respirado otra vez”,
DON JUVENCIO, PESCADOR DE SAN JUAN
