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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Toluca enfrenta desde las últimas semanas un escenario que se ha vuelto cotidiano: calles principales convertidas en corredores comerciales sin control alguno. En vías como López Portillo y Adolfo López Mateos, los puestos ambulantes avanzaron del bordillo hacia el asfalto, reduciendo carriles y obligando a automovilistas y peatones a abrirse paso entre toldos, cajas y mercancía expuesta.
Lo que antes ocupaba solo banquetas ahora invade la circulación con total normalidad.

Comerciantes establecidos señalan que muchos vendedores llegan con vehículos desde primera hora y permanecen estacionados todo el día, usando la vialidad como local improvisado. La problemática no distingue permisos: negocios formales también colocan producto sobre el espacio público, agravando el desorden.
En la zona de la Ciudad Deportiva, la lateral de López Mateos quedó casi intransitable. Residentes de San Lorenzo Cuahutenco aseguran que incluso un puesto de frutas ocupa parte de la carretera, obligando a los autos a maniobrar entre montones de cajas y conos improvisados.
El centro histórico tampoco quedó exento. En Ignacio Rayón, la saturación de puestos forzó a los peatones a caminar en fila mientras los vehículos esquivaban estructuras metálicas colocadas a media calle.
