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Con más de 2 mil hectáreas protegidas, este punto sigue siendo un escenario de tensiones, pese a los trabajos de vigilancia de la Sedema y la Semarnat
Fernando Ortiz
Ciudad de México.- El bosque de Los Dinamos, considerado uno de los pulmones de la capital, continúa siendo escenario de tensiones, esto a pesar de los compromisos de protección por parte de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Y aunque desde abril de 2025, la SEMARNAT se comprometió a acompañar a la SEDEMA en la protección y conservación del bosque bajo el Acuerdo de Protección del Bosque de Agua, los visitantes continúan denunciando que el deterioro persiste, así como basura desde la entrada, puestos informales, estructuras irregulares y comercios que operan con escasa supervisión.
En mayo de 2025, autoridades realizaron patrullajes acompañados por personal de SEMARNAT, Profepa y la Guardia Nacional para denunciar y prevenir delitos ambientales como tala ilegal, comercios desordenados y asentamientos irregulares.

Sin embargo, los ciudadanos reportan que, incluso después de la movilización policial, los puestos informales de comida, bebida y juegos mecánicos continuaron generando ruido, basura y alteración del ecosistema.
En agosto de 2025, SEDEMA llevó a cabo un operativo para intervenir 10 hectáreas dentro de Los Dinamos, de las cuales 4 estaban ocupadas por construcciones irregulares en el paraje Tetechilpa, propiedad comunal de Magdalena Atlitic. Durante el operativo, se retiraron estructuras ilegales.
Pese a estos esfuerzos, las denuncias ciudadanas no han cesado, algunos usuarios reportan que los operativos “no atacan el problema de fondo”, ya que muchos de los negocios informales continúan abiertos, y la acumulación de basura se mantiene a lo largo de los senderos.
El bosque de Los Dinamos, con sus 2,429 hectáreas protegidas como Suelo de Conservación y Área de Restauración y Conservación Ambiental Comunitaria (ARCAC), es clave para la recarga de acuíferos, la regulación climática y la biodiversidad de la ciudad.