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Delincuencia imparable

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Por Eduardo López Betancourt

Por más cifras que se presenten, la percepción social es clara: la delincuencia no cesa. Las actividades criminales tienen dos orígenes. Por un lado, se encuentra la delincuencia denominada “organizada”, integrada por auténticas bandas con jefes, subjefes y operadores. Llegan a ser tan poderosos que se les reconoce como cárteles, los cuales gobiernan amplias zonas del País. Estos grupos, pequeños o extensos, imponen reglas y extorsionan a través del conocido “cobro de piso”, obligando a empresas y ciudadanos a pagar cuotas. Es evidente que poco se hace contra ellos, y existen datos fehacientes de su colusión con autoridades.

Por otro lado, están los delincuentes “ocasionales”, que pueden actuar en parejas o tríos. Son pequeñas pandillas o individuos que asaltan valiéndose, por lo general, de un arma de fuego y atacan a víctimas sin selección previa; es decir, actúan al azar. Sus acciones son altamente dañinas, pues su inexperiencia y nerviosismo suelen derivar en tragedias. Mientras tanto, la delincuencia organizada avanza sin freno. Los cárteles se han vuelto intocables y el cinismo llega al extremo de que, en varias regiones del País, realizan desfiles mostrando su impactante armamento en abierto desafío a las autoridades.

Los criminales ocasionales rara vez son detenidos. En hechos particularmente graves, los verdaderos culpables jamás han sido capturados. Basta recordar el asesinato de altos funcionarios del gobierno de la Ciudad de México, así como el reciente homicidio ocurrido a la salida de las oficinas del presidente del Tribunal de Justicia capitalino.

En suma, aceptemos con tristeza que la delincuencia, ya sea organizada u ocasional, continúa al alza de manera alarmante. Es urgente adoptar medidas extremas, pues hoy, con enorme pesar, debe admitirse que la sociedad se encuentra inerme. Se requieren personas altamente capaces y, sobre todo, la determinación de aplicar sanciones sin contemplaciones a los perversos y cada vez más desalmados actores del crimen.

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