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Por Lengua Larga
Dicen en los pasillos de Azcapotzalco que Nancy Núñez no gobierna: estorba. Ocupa la oficina, calienta la silla y confirma, día tras día, que hay puestos que deberían venir con examen de admisión. Su gestión ha sido tan mala que Alejandro Carbajal, su propio compañero de fórmula —ese que muchas chintololas recuerdan por guapo pero no por eficiente— decidió exhibirla frente a los diputados por el relajo que trae en los mercados. ¿Se le chispoteó?
Y hay que decirlo: si Carbajal, con su historial de “ni tan mal, ni tan bien”, se siente con autoridad para regañarte… es porque ya llegaste al sótano del fondo de los más profundo.
Eso sí, no es que Nancy sea un desastre gratuito. Aquí nadie hace un gesto sin cálculo. Carbajal vio el hueco, vio la torpeza, y metió el zarpazo. Él no la exhibió por honestidad política —¿quién cree en esas fantasías?—, sino porque su ambición necesita gasolina. Y como ya una vez consiguió sentarse en la silla grande de Azcapotzalco, él está convencido de que podrá hacerlo otra vez. Total, si ya lo logró una vez, ¿por qué no repetir la fórmula?
Para colmo, sus recuerdos en la alcaldía —sin ser apoteósicos— no arrastran la nube de decepción que Nancy está dejando a su paso.
Pero Nancy, pobre, vive en un universo paralelo. Ella cree que todavía puede hacerle sombra a Gabriela Jiménez, la famosa Bati Chica. Mientras Núñez se entretiene con pleitos, berrinches administrativos y visitas incómodas de los mercados, Jiménez ya va pavimentando silenciosamente el camino rumbo al 2027, con más precisión que un cirujano.
Pero espérese, que el menú de aspirantes está más surtido que mercado en quincena. Carbajal también se apunta, porque si ya trepó una vez a costa de Nancy, ¿por qué no trepar dos? Y para rematar, ya empieza a sonar el nombre de Betty Hernandez, la petista que estaba en Miguel Hidalgo y logró colar a su bebé en las filas de los concejales chintololos. ¿Pues no que Azcapo para los de Azcapo?
Y es que el bebé Hernandez al darse cuenta que era un cero a la izquierda para Nancy prefirió irse al equipo de la Bati Chica.
Total que en Azcapotzalco ya rondan los zopilotes políticos, listos para ver quién se queda con los huesos, con la silla… y con la ilusión de mandar.