Visitas
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La molestia entre los vecinos del oriente mexiquense que viven cerca del nuevo ramal del Tren Suburbano se ha convertido en una exigencia pública: detener de inmediato el robo de cables que, afirman, ocurre con una frecuencia alarmante. Residentes y usuarios cercanos a la obra aseguran que las cuadrillas criminales actúan de madrugada, pero también en plena tarde, aprovechando huecos en la vigilancia.
“Cada tramo que arrancan nos deja más inseguros. No es solo material perdido, es el riesgo de que la obra se retrase y que después el tren no funcione bien”, expresó indignada Rosa Martínez, habitante de San Francisco Chilpan.
Su testimonio coincide con decenas de denuncias similares que circulan entre las colonias afectadas, donde la sensación de vulnerabilidad se ha vuelto permanente.
De acuerdo con versiones oficiales para Diario Basta y Hoy Edomex, la presión vecinal obligó a reforzar los patrullajes. En Tultitlán, elementos municipales capturaron a un hombre sorprendido con rollos de cable presuntamente sustraídos de la zona de obra.
Aunque la detención fue presentada como un logro, los vecinos la consideran insuficiente y advierten que las bandas dedicadas a este delito operan con logística y rapidez.
Ingenieros vinculados al proyecto explican que el hurto de cobre no solo encarece la reparación, sino que deja inutilizados sistemas esenciales como la señalización o los circuitos de alimentación eléctrica, vulnerando la etapa final de construcción. Las autoridades aseguran que se mantiene activo el llamado “Operativo Chatarrero”, orientado a inspeccionar chatarrerías y frenar la compra ilegal.
