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Por Miguel García Conejo
La agresión de la que fue víctima la presidenta de México, Claudia Sheinbaum en un acercamiento que tenía con familias y la reacción, lamentable minimizando y desacreditando el acto, expone una vez más la violencia institucionalizada hacia las mujeres en nuestro país.
Es preocupante la postura de algunos medios de comunicación, qué apostando al encono político, construyeron una supuesta cortina de humo detrás del acto de violencia
Una vez más, se pone en evidencia, porque muchas mujeres, particularmente jóvenes y niñas, no denuncian su voz. Siempre son señaladas y culpadas del acto aberrante de que fueron víctimas
Preocupa, sobretodo, esta actitud violenta, no por parte de los hombres que imponen su visión machista y patriarcal, sino la actitud violenta de algunas mujeres, quienes vuelven a orientar su discurso agresivo hacia las afectadas
Para aquellas que se burlaron o minimizaron la agresión a la presidenta, solo basta decir que no hay diferencia entre sus dichos, y los de los varones que en los actos de agresión hacia mujeres repiten frases lamentables como: “ella se lo busco” o “para que va vestida así”.
Estas mujeres ponen en práctica una sororidad convenenciera que sólo se aplica y se demanda cuando son víctimas, o no se siente parte de los violentadores.