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Durante más de una década, el gobierno municipal ha permitido la extracción de agua sin presentar denuncias ni ejercer supervisión afectando a las familias
MARIO LÓPEZ
GRUPO CANTÓN
La extracción ilegal de agua en el municipio de Ocoyoacac continúa evidenciando las graves omisiones del gobierno municipal que durante años permitió el saqueo del recurso sin acciones de control ni denuncias formales.
El 8 de abril pasado, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la Conagua, la CAEM y la Secretaría de Gestión Integral del Agua (SEGIAGUA) realizaron un operativo en la colonia El Pirame, donde hallaron más de 20 tomas clandestinas y un pozo conectado al Sistema Lerma.
La investigación se inició tras una denuncia presentada por SEGIAGUA, no por el ayuntamiento, lo que exhibe la falta de vigilancia municipal sobre un delito que afecta directamente a los habitantes.
De acuerdo con los reportes, las tomas robaban más de 82 litros por segundo, suficientes para abastecer a unas 70 mil personas. Vecinos aseguraron que el robo se realizaba desde hace más de una década, con pipas que operaban libremente. “Llenaban en la madrugada y nadie decía nada; el municipio lo sabía”, comentó un habitante.
Pese a ello, la alcaldesa Nancy Valdéz Ruíz declaró en octubre que “no hay afectaciones” al abasto y que el suministro se mantiene “estable”. Sin embargo, purificadoras locales denunciaron en noviembre incrementos de hasta 30 % en el precio del agua tras el operativo, señal de un mercado paralelo descontrolado.
Autoridades federales alertaron que el agua extraída de forma ilegal se vendía hasta 59 % más cara y sin potabilización adecuada, representando un riesgo sanitario. La falta de supervisión, sumada a la indiferencia del ayuntamiento, ha permitido que el llamado huachicol hídrico se consolide en el municipio.
Habitantes locales alertan que el caso de Ocoyoacac refleja cómo la “corrupción y la irresponsabilidad institucional alimentan una crisis silenciosa: la del robo de agua tolerado por la autoridad local”.
