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Distintas voces de la oposición se han manifestado acerca de los hechos ocurridos en Uruapan
Redacción
Ciudad de México.- El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, detonó una ola de reacciones políticas que, según el gobierno, buscan capitalizar la tragedia para reposicionar a la derecha mexicana.
Mientras persiste la conmoción por el crimen, el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano responsabilizaron al gobierno por el avance del crimen organizado, y paralelamente comenzó a difundirse en redes sociales la convocatoria para la llamada “Marcha Generación Z”, un movimiento que se presenta como ciudadano pero cuya procedencia ha despertado sospechas.
La movilización, dirigida a jóvenes nacidos entre 1997 y 2010, convoca a marchar del Ángel de la Independencia al Zócalo el 15 de noviembre, alegando hartazgo ante la corrupción y los gobiernos oficialistas. Sin embargo, no existen organizadores visibles ni se ha aclarado quién financia la iniciativa, que circula principalmente en TikTok y X.
En su manifiesto, el grupo sostiene que su meta es “exponer la corrupción con firmeza, movilizarse con inteligencia en puntos estratégicos y crear alianzas tácticas que transformen el hartazgo social en acción colectiva”, asegurando que no buscan el poder sino “abrir el camino para que personas verdaderamente preparadas, éticas y sin vínculos partidistas lleguen a él mediante procesos transparentes y elecciones limpias”.
Tras el asesinato de Manzo, simpatizantes del movimiento retomaron el caso como símbolo de la crisis nacional de violencia y corrupción, compartiendo imágenes de protestas en Michoacán con distintos mensajes como “esto apenas empieza”. La falta de liderazgo visible ha generado especulaciones sobre un posible respaldo de grupos empresariales o conservadores; entre quienes promueven la marcha figura Miguel Samaniego, hijo de Xóchitl Gálvez.
La oposición reaccionó con mucha molestia. El PAN afirmó que “no puede continuar el miedo con el que viven las familias mexicanas”. El PRI consideró que “asesinar a una autoridad electa es una agresión directa al Estado mexicano”. Dirigentes como Kenia López Rabadán y Federico Döring exigieron justicia y responsabilizaron al gobierno federal. Frente a ello, la presidenta Claudia Sheinbaum cuestionó la autenticidad del movimiento juvenil y advirtió que tanto la movilización como el uso del crimen de Manzo son parte de un intento de la derecha por reposicionarse políticamente.
