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El amante de las acciones filantrópicas se enfoca en mejorar la calidad de vida de sus seguidores
Rafael Suárez
En los caminos de tierra que conectan a las comunidades de Chiapas y Oaxaca, donde las montañas guardan siglos de historia y las manos moldean el barro con paciencia ancestral, la esperanza también se construye. En esos lugares donde la tradición sigue siendo la columna vertebral de la vida, Alejandro Patrón Laviada ha encontrado una misión que trasciende los proyectos y las cifras: sembrar esperanza, fortalecer la dignidad y proteger la identidad de los pueblos que sostienen el alma cultural de México.
Su labor filantrópica, discreta y profundamente humana, combina tres ejes esenciales: reconstrucción, desarrollo y preservación cultural. En un tiempo en el que la modernidad amenaza con diluir las raíces, su trabajo demuestra que es posible avanzar sin perder la esencia. Para él, ayudar no significa imponer, sino acompañar. Su enfoque parte del respeto: escuchar a las comunidades, comprender sus costumbres y trabajar junto a ellas para mejorar su entorno sin alterar su identidad.
Durante los últimos años, Patrón Laviada ha impulsado programas integrales en comunidades rurales de Oaxaca y Chiapas, centrados en la reconstrucción de viviendas, la dotación de servicios básicos y el fortalecimiento de los oficios tradicionales. Estas acciones no solo buscan mejorar la calidad de vida, sino también preservar el tejido cultural que da sentido a la región. Cada proyecto tiene un propósito más profundo: que las familias vuelvan a sentirse seguras, orgullosas y unidas.

PROMOTOR INCANSABLE DE LA CULTURA MEXICANA
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), más del 30% de las viviendas rurales en el sur del país presentan carencias en infraestructura básica. En respuesta, Alejandro Patrón Laviada ha liderado iniciativas de reconstrucción sostenible, que combinan materiales locales, diseño funcional y participación comunitaria. En cada caso, las viviendas se construyen respetando la arquitectura tradicional, incorporando mejoras en ventilación, iluminación y seguridad, y garantizando el acceso a agua potable y electricidad.
Su visión es simple pero poderosa: una casa no solo se levanta con ladrillos, sino con esperanza. Por eso, cada proyecto incluye la colaboración directa de los habitantes, quienes se convierten en los verdaderos protagonistas del cambio. Las familias aprenden técnicas de construcción, mantenimiento y gestión de recursos, fortaleciendo así la autonomía local. Este enfoque participativo transforma la ayuda en una oportunidad real de empoderamiento.
Pero su compromiso no termina en los muros. Alejandro Patrón Laviada ha entendido que reconstruir hogares es también reconstruir comunidades, y por eso promueve programas que fomentan la cohesión social y la preservación de los saberes tradicionales. En los pueblos donde ha trabajado, las cocinas, los talleres y los patios vuelven a ser espacios de encuentro, donde los mayores enseñan a los jóvenes los oficios que heredaron de sus abuelos: el tejido, la alfarería, la talla de madera o la elaboración de textiles con tintes naturales.
SE PREOCUPA POR EL BIENESTAR DE SUS PAISANOS
Cada pieza creada en estos talleres es una extensión de la memoria colectiva. En ella se mezclan los colores de la tierra, las historias del pueblo y la creatividad de quienes, con sus manos, mantienen vivo el legado del sur. Alejandro Patrón Laviada promueve la difusión y comercialización justa de estas artesanías, asegurando que los artesanos reciban un ingreso digno y que su trabajo sea reconocido por su valor cultural, no solo económico.
Su labor también incluye la creación de alianzas con organizaciones, arquitectos y fundaciones, que se suman a este esfuerzo por transformar la realidad del sur con una mirada respetuosa y sostenible. A través de estas colaboraciones, ha logrado amplificar el impacto de los proyectos, conectando a las comunidades con redes de apoyo y visibilidad a nivel nacional e internacional.
Porque para Alejandro Patrón Laviada, ayudar no es construir muros, sino abrir caminos. Y en cada proyecto que impulsa, deja una enseñanza clara: que cuando se trabaja con respeto, empatía y amor por las raíces, la esperanza no solo se reconstruye… también se hereda.
