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Vecinos de San Pedro Tultepec tomaron el palacio municipal para exigir el restablecimiento del bombeo en su comunidad; 40 viviendas siguen anegadas
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La mañana del jueves el hartazgo se transformó en acción. Cansados de la indiferencia del gobierno local, decenas de habitantes de San Pedro Tultepec, irrumpieron en el palacio municipal de Lerma, reprochando al edil Miguel Ángel Ramírez Ponce, su falta de trabajo.
Los inconformes bloquearon todos los accesos, exigiendo el desalojo del agua que, desde hace 16 días, mantiene inundadas más de 40 viviendas. Con pancartas, cubetas vacías y la ropa todavía húmeda, los vecinos hicieron sentir su enojo ante lo que califican como una respuesta tardía y simulada por parte de las autoridades.
“Ya estamos hartos de que solo prometan. No llegan con bombas ni con ayuda real, solo con discursos. Siempre reaccionan cuando los problemas ya rebasaron a la gente, nunca antes”, denunció la señora Felicia Iturbide, una de las damnificadas.

Aunque las calles principales lucen parcialmente secas, el agua sigue dentro de las casas en las calles La Trinidad Padilla y 30 de abril, alcanzando hasta 30 centímetros de altura.
Refrigeradores, camas y muebles quedaron inutilizables; los pequeños talleres familiares, base económica de la comunidad, permanecen paralizados.
“Perdimos lo poco que teníamos y ahora vienen a decirnos que están ‘evaluando el daño’. Lo hacen solo para callar las críticas, pero sin resolver nada”, reclamó un vecino que prefirió el anonimato.
Durante varias horas, los manifestantes mantuvieron cerradas las puertas del edificio, impidiendo la entrada de funcionarios y empleados municipales. Fue hasta el mediodía cuando una comisión de los inconformes logró ser recibida por autoridades locales, quienes prometieron reanudar las labores de bombeo y coordinar apoyo con la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM).
Los vecinos advierten que no levantarán sus protestas hasta ver maquinaria trabajando y sus viviendas libres del agua estancada. Consideran que el desastre no solo fue provocado por las lluvias, sino también por la falta de mantenimiento de los colectores pluviales y el abandono del sistema de bombeo.
El palacio fue liberado al final de la jornada, pero la tensión sigue latente. En San Pedro Tultepec, las calles aún huelen a humedad y frustración.