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Eso quería ver, lo que hemos visto desde 2018 y no lo que habíamos tenido en más de 5 sexenios con presidentes que manejaban horarios de burocracia -de 11 a 5 de lunes a jueves-, que eran incapaces de dar una sencilla explicación a la prensa, recordemos por ejemplo que Vicente Fox necesitaba traductor “lo que el presidente quiso decir…” era la frase de su vocero, Rubén Aguilar; o la excusa, del mismo Fox “¿Y yo por qué?” cuando se le pidió intervenir en el llamado “Chiquihuitazo”, la toma violenta de las instalaciones de Canal 40 por parte de Ricardo Salinas, su obligación como Jefe del Ejecutivo era intervenir; o las muy recordadas tandas que el dueño de la Casa Blanca y su Gaviota, sugerían a los damnificados. Los presidentes que habíamos tenido oscilaban entre la apatía y el desdén o jugaban a su guerrita advirtiendonos de las consecuencias y llamándonos “daños colaterales” solo para justificar, el fraude que lo llevó a la silla presidencial; o Zedillo que nadaba de “muertito” mientras hundía al país en el FOBAPROA, Salinas, encubriendo el enriquecimiento de su hermano, regalando al país por unos pesos, perdonando deudas y financiando nuevos ricos (sus cercanos), o de la Madrid, enloquecido con el boom petrolero, pero escondiéndose junto con Ramón Aguirre cuando el terremoto del 85; o López Portillo quien terminó llorando lágrimas de cocodrilo al “defender el peso como perro”.
Muchos dirán “es su obligación” y por supuesto que lo es pero nadie hasta el 2018 lo había hecho, rifarse todos los días sin descanso, responder en las mañaneras con pleno conocimiento de lo que se pregunta y haciendo lo que se debe hacer: trabajar por el pueblo y no por sus intereses.
López Obrador aprovechaba los fines de semana para visitar y supervisar a las comunidades; Claudia Sheinbaum ha intensificado sus visitas a territorios afectados a raíz de las tormentas que han afectado a gran parte del país, y por las mañanas, todavía responde puntualmente a las preguntas hasta insidiosas de algunos “reporteros”.
Un esfuerzo que los que vengan tendrán como obligación continuar porque no podemos conformarnos con menos. Que se entienda bien: la presidencia no es un premio, sino un compromiso con la ciudadanía y con la historia.
¡Bravo, presidenta!
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
