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- Suelta una bomba administrativa: tiene el Fonden una deuda millonaria
- Reportan funcionarios federales reparación de daños y entrega de despensas
- Once preguntas seguidas desatan inconformidad entre reporteros
Juan R. Hernández
Ciudad de México.- El cielo parecía despejado, pero en Palacio Nacional seguían cayendo lluvias… de cifras, reclamos y preguntas. Por tercer día consecutivo, la conferencia matutina giró en torno a las afectaciones por las tormentas que azotan a cinco estados del país. Poco a poco, la rutina palaciega recobra su ritmo, aunque la presidenta Claudia Sheinbaum advierte: “tomará semanas volver a la normalidad”.
Entre reportes técnicos y cifras de emergencia, también hubo truenos mediáticos. En plena conferencia, estalló la inconformidad
—“Siempre hace lo mismo”, exclamó una reportera desde la penúltima fila, molesta porque su colega de La Razón monopolizó el micrófono con 11 preguntas seguidas. El murmullo creció. Algunos reporteros rodaron los ojos, otros rieron discretamente. La lluvia de preguntas parecía inagotable.
Mientras tanto, los funcionarios desfilaban con sus balances. El secretario de Infraestructura, Jesús Esteva, reportó 161 incidencias en carreteras estatales y municipales; el titular de la Sedena, Ricardo Trevilla, habló de 22 mil despensas entregadas y 50 personas evacuadas; y el almirante Raymundo Morales, de 4 mil 300 marinos desplegados.
Desde enlace remoto, Emilia Calleja, directora de la CFE, presumió que el 92% del suministro eléctrico ya fue restablecido. En el mapa de daños, Hidalgo sigue rezagado con 85%, mientras Querétaro encabeza la recuperación con 97%.
La presidenta complementó: 13 mil 377 viviendas censadas, 66 fallecidos y 75 desaparecidos. Adelantó que hoy viajará a San Luis Potosí para supervisar los trabajos y anunció un micrositio de transparencia sobre la emergencia.
Entre tanto dato, soltó una bomba administrativa: “El Fonden adeuda 13 mil 123 millones de pesos”, dijo, aunque aseguró que hay fondos suficientes para enfrentar la crisis.
Ya hacia el cierre, Sheinbaum se permitió un respiro político: confirmó que fue invitada al Foro de Davos, pero “no tiene planeado asistir”. Luego vino el “Detector de Mentiras”, ese bloque final que ya es parte del ritual.
Afuera, el sol volvía a asomarse. Adentro, las tormentas —políticas y mediáticas— seguían sin disiparse.
