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* Fracturan Alito y el Cártel Inmobiliario a la “alianza opositora”
* Confía Sheinbaum en el recorte presupuestal al Poder Judicial
* Reconocimiento a Palestina, gesto político con eco internacional profundo
Juan R. Hernández
Ciudad de México.- La resaca política de una intensa gira presidencial por siete estados del sureste desembocó en Palacio Nacional, donde el pulso de la conferencia matutina volvió a colocar a la llamada Primera Fila como protagonista.
Pese a los gritos y manoteos desde la segunda y tercera fila, solo dos reporteras lograron abrirse paso para colocar sus temas; el resto se topó con un muro de voces que, cual orquesta ensayada, impuso agenda.
La Jefa del Ejecutivo Federal, Claudia Sheinbaum, aprovechó la tribuna de La Mañanera del Pueblo para lanzar críticas afiladas contra lo que alguna vez fue el gran bloque opositor: el PRIAN.
“Se está desmoronando bajo el peso de sus propios escándalos”, soltó, con el énfasis que caracteriza sus diagnósticos sobre la política nacional.
Entre la revisión de números y prioridades, Sheinbaum confió que en el presupuesto 2026 se elimine el aumento de 15 mil millones de pesos al Poder Judicial aprobado por la antigua Suprema Corte, para redirigir esos recursos a salud, educación e inversión pública. El golpe de timón, dijo, acompañará la política de austeridad que ya se aplica desde la nueva conformación del máximo tribunal del país.
La mandataria también despejó rumores: no habrá cambios en la operación de las aduanas, que seguirán en manos de la Sedena y de la Marina.
El cierre de la conferencia matutina tuvo un aire histórico. México reconoció por primera vez a una embajadora de Palestina con los plenos derechos diplomáticos.
“Buscamos siempre la paz y el respeto a los derechos de los pueblos”, subrayó la presidenta, al condenar el genocidio en Gaza y reafirmar la postura mexicana por la solución de dos Estados.
El telón bajó en Palacio Nacional, pero el eco de la crítica presidencial contra una oposición desgastada y fracturada dejó claro que, al menos en la narrativa política de la Cuarta Transformación, el adversario parece no estar afuera, sino atrapado en sus propias contradicciones.