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El agua alcanzó calles y viviendas en localidades como San Mateo Atarasquillo, Santa Cruz Chignahuapan y San Pedro Tultepec, el municipio respondió tarde
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
En el municipio de Lerma la conmemoración del Día de la Independencia quedó en segundo plano frente a la emergencia que provocaron las lluvias torrenciales de la presente semana, y es que la intensidad del agua, se ha dejado sentir hoy, con severas afectaciones para decenas de familias.
Las localidades más golpeadas son Santa Cruz Chignahuapan, San Mateo Atarasquillo, La Tomapa y Alfredo del Mazo, donde calles enteras y viviendas quedaron bajo el agua.
Para resguardar a las familias, el gobierno municipal habilitó dos refugios temporales: uno en la colonia Guadalupe y otro en el Conservatorio de Música de San Pedro Tultepec. Allí se brinda alimentación, techo y atención psicológica a quienes perdieron parte de su patrimonio.
La situación también complicó la movilidad en la región. En la lateral de la carretera México-Toluca, a la altura de San Pedro Tultepec, un encharcamiento de casi 20 centímetros bloqueó ambos carriles, convirtiéndose en un peligro para los automovilistas.
“Cada temporada pasa lo mismo, pero ahora el agua está más alta que nunca. No hay drenaje suficiente y los encharcamientos ya parecen lagunas”, señaló Daniel García, vecino afectado.
El estado del pavimento agrava el escenario: baches ocultos por el agua dañan vehículos, mientras que el paso de tráileres y autobuses a gran velocidad provoca oleajes que afectan a los coches pequeños y deterioran la carpeta asfáltica. “No tenemos salida, porque si no es aquí es en Las Torres, en San Mateo Atenco, donde también se inunda. Estamos atrapados”, lamentó otro residente.
Los habitantes exigieron que se ejecuten obras integrales de drenaje y desazolve, pues consideran insuficientes los operativos de emergencia. “De nada sirve que nos den refugio si cada año perdemos muebles y casas. Queremos soluciones, no parches”, expresó con indignación María López, vecina de Atarasquillo.
La ciudadanía teme que, de no atenderse de manera estructural, las lluvias sigan dejando cada temporada el mismo saldo: familias damnificadas, vialidades colapsadas y un municipio en constante vulnerabilidad.
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