343 lecturas
Luego de una lucha de años, represión denuncias falsas y hasta encarcelamiento a los activistas que denunciaron el sucio negocio de los Loret de Mola (Oswaldo y Francisco), finalmente la granja porcina ubicada en Santa María Chi, Yucatán ha sido clausurada por las autoridades de Profepa a cargo de Mariana Boy. La clausura es definitiva, ya que los propietarios jamás atendieron los requerimientos de las autoridades que señalaban la acumulación excesiva de residuos que provocaban filtraciones a las aguas dulces de la zona, contaminación del aire y suelos, pérdida de biodiversidad y las autoridades locales, en lugar de regular, premiaban a estas empresas a grado tal que hasta la Comisión estatal de Derechos Humanos las cobijaba. Para los habitantes de la comunidad de Santa María Chi podrán, al menos de forma temporal y literalmente “respirar tranquilos” sin embargo, el Grupo Porcícola Mexicaano, Kekén, grupo que monopoliza la producción de cerdos en el estado deberán mudar sus instalaciones pero probablemente será a Cuxtal, una zona que, surte de agua potable a Mérida y que, correría el riesgo de contaminarse y repetir la historia pero esta vez con peores consecuencias para la población.
lo claro es que ninguna de estas empresas, altamente contaminantes y que no solamente se ubican en el sureste, sino como sucede con Smithfield México, empresa porcícola radicada en México por los laxos controles, la subsidiaria de Granjas Carroll disfruta de todas las concesiones en Puebla, Sonora y Veracruz, lugares donde se asienta aprovechando los beneficios y protección del TLCAN y la corrupción de funcionarios que, como sucede en Mérida, contaminando indiscriminadamente sin que a las autoridades les importe y por el contrario, deteniendo a ambientalistas y litigando contra los ciudadanos. Ojalá Mariana Boy ponga en cintura a todas estas empresas que hacen que la población viva entre contaminantes y corrupción y que no pierda de vista a los Loret de Mola, para que Cuxal no sea su nuevo coto de poder.
El TLCAN, antes TLC dejó una serie de “puertas abiertas” que no se han regulado desde 1994 y que se han aprovechado para enriquecimiento de empresarios que han devastado el medio ambiente y que ya va siendo hora de regular sin importar la “fama” o el dinero de los responsables.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamari
avazquez