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Por Eduardo López Betancourt
El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, visitó recientemente nuestro País. Se dio a conocer que el tema principal de su agenda fue la seguridad, en particular el combate al narcotráfico.
Rubio es una figura clave dentro del gabinete de los Estados Unidos y se le reconoce por su cercanía con Donald Trump. Su visita a México tuvo un especial realce, ya que, además de asuntos comerciales, se abordó lo que él calificó como un “patético” problema: el narcotráfico. El mandatario estadounidense ha reiterado que el Estado mexicano es el principal responsable de la crisis que padecen las tierras del Tío Sam. Sin embargo, la realidad es que se trata de un fenómeno compartido: la demanda de narcóticos en el País vecino, sobre todo de fentanilo, es enorme, lo que genera ganancias millonarias para los cárteles mexicanos.
Rubio, de origen cubano, procede de los poderosos círculos de influencia asentados en Florida y es considerado un férreo anticastrista de tendencias recalcitrantes. En el fondo, al igual que Trump, no muestra simpatía hacia México. En el complejo tema de las drogas, se ha especulado incluso con la posibilidad de que Trump ordene el envío de fuerzas especiales para combatir a los cárteles mexicanos.
Ante esta posibilidad, la Presidenta Claudia Sheinbaum y diversos sectores sociales han manifestado su rechazo a que militares norteamericanos actúen en nuestro territorio bajo el pretexto de enfrentar al narcotráfico. No obstante, también existen grupos en nuestro país que ven con buenos ojos una intervención de Estados Unidos, argumentando que los cárteles parecen incontenibles.
La realidad es preocupante: la delincuencia organizada en México ha crecido de forma alarmante. Esta situación provoca que algunos sectores abriguen la esperanza de que fuerzas extranjeras pongan orden y devuelvan la tranquilidad y la paz social, cada vez más lejanas. Sin embargo, lo que se necesita es prudencia y buen juicio para evitar medidas drásticas que, lejos de resolver, podrían agravar el problema.