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La oscura noche neoliberal

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Fue una de las frases de la presidenta en su informe del día 1 de septiembre: “quedó en el pasado la oscura noche neoliberal”, fueron sus palabras exactas y aunque ha sido un proceso gradual (y todavía nos falta), decretar el fin del neoliberalismo como lo hizo el expresidente López Obrador es importante, 36 años de privatización y concesión de lo público a lo privado, del remate de los bienes nacionales y el favorecimiento de unos cuantos que, necesariamente harían que “goteara” la riqueza a los demás, está cada vez más lejos; sepultar esta dañina doctrina es lo que a muchos les ha dolido porque a la par de los privilegios, la corrupción era aprobada casi por consenso a los de arriba. La desigualdad que esto generó, puede verse en el último reducto neoliberal que era la suprema Corte y los absurdos privilegios que poseían; la defensa que los ministros y ministras hicieron del modelo no era al pueblo ni a los juzgadores, sino al privilegio, a los “haberes”, 14 fideicomisos; sueldos de 300 mil pesos; aguinaldos de 600 mil; fondos para gasolina; comida; lavandería; gastos médicos mayores a ellos y sus familiares; varios celulares de alta gama; dos Suburban blindados que se cambiaban cada dos años, (pero que podían quedarse con ellos al concluir su mandato); nepotismo; viáticos nacionales e internacionales; internet y cómputo en domicilio, 200 mil pesos anuales para medicamentos; pensión vitalicia con casi la totalidad del sueldo.

Usted que está leyendo esto, ¿cuenta con alguno de esos privilegios?, ¿le cayó siguiera una gotita de eso que juraban iba a “salpicar” a todos los de abajo?

Eran ellos los encargados de sostener legalmente (a modo o escondiendo expedientes) a los privilegiados, los verdaderos beneficiaros.

La oscura noche neoliberal fue la de los privilegios, de las concesiones de por vida regaladas o malbaratadas, de los despojos, de la “ley del embudo”

La larga noche implicó persecución, represión, desapariciones y muerte, fue el inicio de las devaluaciones y saqueos, de la expoliación y el favorecimiento del crimen organizado. Todo ello no se puede quitar de golpe, pero se han hecho cambios y modificaciones para ir poco a poco ir desterrándolo.

Estamos siendo testigos de una revolución sin sangre y con mucha esperanza.

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamariavazquez

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