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Un presunto ladrón fue golpeado en Acuitlapilco, tras atacar a un transeúnte, la inacción del gobierno de Xóchitl Flores, ha detonado una ola de justicia vecinal
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La rabia colectiva volvió a estallar esta mitad de semana en Chimalhuacán, en la colonia Acuitlapilco, un grupo de vecinos decidió enfrentar por su cuenta a un presunto asaltante que, junto con tres cómplices, intentó despojar de sus pertenencias a una mujer en plena calle.
La tensión se convirtió en violencia cuando el sospechoso hirió con un cuchillo a un transeúnte que trató de auxiliarla. Ese fue el detonante: los colonos lo persiguieron, lo sometieron y lo golpearon sin que la policía apareciera de inmediato.
Cuando finalmente llegaron los uniformados, el hombre estaba gravemente herido y fue trasladado a un hospital, mientras sus acompañantes lograban escapar. La escena no sorprendió a nadie.
En este municipio, donde los robos con violencia ya superan las 2 mil denuncias, solo en los primeros meses de 2025, los linchamientos se han vuelto la respuesta desesperada de quienes no encuentran respaldo en las instituciones.
La indignación es palpable. “Aquí vivimos con miedo diario. Sales a la tienda y no sabes si regresas con lo tuyo. Ya no confiamos en la policía ni en la alcaldía, porque no hay resultados”, expresó doña Elena, madre de familia de la zona. Para ella, la liberación de la furia vecinal es el síntoma de un abandono que se siente en cada esquina.
Otros colonos coinciden en que la administración de Xóchitl Flores ha dejado a la deriva a la población. “Nos prometieron seguridad, pero solo vemos más patrullas paseando sin detener a nadie. La verdad es que estamos solos”, lamentó don Gerardo, comerciante que ha sufrido tres asaltos en menos de un año.
El fenómeno preocupa porque, además del riesgo de que un inocente sea confundido con delincuente, los linchamientos reflejan una fractura social que se profundiza cada vez más. Sin confianza en las autoridades ni en los procesos judiciales, la comunidad ha optado por imponer su propia justicia.
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