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Así escribió en su cuenta de X Paty Navidad, quien demandó a Anabel Hernández y a su editorial Penguin Random (Grijalbo) por el libro donde Hernández difamó a varias actrices afirmando, sin pruebas, su relación con prominentes figuras del narcotráfico, cosa que las aludidas negaron rotundamente por lo que se inició un proceso legal cuyo fallo de un tribunal colegiado se dio hace unos días, obligando a la editorial y la autora a una disculpa pública, el pago de una multa y publicar en el portal de la editorial un responsable para recibir solicitudes de réplica. “Es el fin del periodismo-ficción en libros”, dice la breve nota de la Jornada, sin embargo, revisando la web de Grijalbo, ni el portal, ni la sección donde se promociona el libro han cumplido con lo establecido en el fallo.

A partir de 2006, y con el objeto de atacar a López Obrador y favorecer a Calderón se comenzó a usar mucho más abiertamente el “periodismo de ficción”, fomentado desde el estado Foxista; montajes abiertamente expuestos (tortura incluida) como el de Vallarta y falsas redentoras como Isabel Miranda llenaban la pantalla entre Chupacabras y apología del narco que, en pantallas chicas y grandes se fue apoderando del lenguaje popular al mostrarlos como exitosos y objetos de culto, productos que había que explotar para ganar dinero (y ganaron mucho); el periodismo serio y de investigación era generalmente acosado y amenazado, pero algunos lograban traspasar la barrera del miedo para publicar y denunciar como Javier Valdés, quien fuera arteramente asesinado. Bajo ese contexto, surge ese otro periodismo sucio, que es capaz de enlodar para vender, de asegurar que tiene pruebas que “en su momento” las mostrará, pero el momento no llega nunca y que, solapados por un sistema que se niega a morir, se atreven a afirmar lo que debería ser una mala ficción defendida solamente por una autora cada vez más decadente, más descompuesta, más aturdida y más fantasiosa. Pero el narco será moda todavía por mucho tiempo y tanto editoriales como ficcioneros seguirán intentando llegar al “bestseller” disfrazando de investigación lo que no va más allá de una prolífica invención. Vendrán las demandas civiles y quizá con la pena económica la autora mejore tanto, que quizá, hasta deje de escribir.

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamari

avazquez

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