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En Los Reyes San Salvador, en Texcoco, un almacén clandestino movilizó a cinco corporaciones de emergencia pese a la magnitud del daño no hubo lesionados
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El viernes el estruendo sacudió la calle Ignacio Zaragoza número 7 en Los Reyes San Salvador, Texcoco, lo cual dejó claro que el manejo clandestino de pirotecnia sigue siendo un riesgo latente para la comunidad.
Una explosión registrada alrededor de las 11:30 horas movilizó a elementos del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMEPI), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), la Guardia Nacional y Bomberos municipales.

Al llegar, las autoridades encontraron resistencia de los propietarios, quienes se negaron a abrir el inmueble. Fue necesario forzar el ingreso para descubrir un área de aproximadamente 7 por 10 metros repleta de material pirotécnico, cartón y residuos altamente inflamables.
@azteca.charly EN #TEXCOCO SE REGISTRÓ LA #EXPLOSIÓN DE UN #POLVORÍN CLANDESTINO… Personal de protección civil y bomberos del municipio llegaron al lugar para atender la emergencia, no se reportaron personas lesionadas.
Vecinos como doña Carmen, de 62 años, afirman que este es un problema recurrente. “Es la tercera vez que pasa algo así. Prometen que van a vigilar, pero a la semana vuelven a vender”, comentó mientras observaba el operativo.
Aunque no se registraron personas lesionadas ni daños a viviendas cercanas, la magnitud del hallazgo reveló la falta de control sobre la fabricación y almacenamiento ilegal de explosivos en la zona. Las autoridades levantaron un acta administrativa y colocaron sellos de suspensión, pero para los habitantes estas acciones resultan insuficientes.
“Queremos sanciones fuertes para quienes ponen en riesgo a todos por negocio”, reclamó otro vecino, recordando que la falta de permisos y la resistencia a la autoridad son parte de un patrón que no se ha roto.
Especialistas del IMEPI advirtieron que el almacenamiento clandestino no solo viola la ley, sino que expone a la población a tragedias potencialmente fatales.
Mientras las corporaciones se retiraban, quedó flotando la pregunta: ¿cuántas explosiones más se necesitan para que las autoridades actúen de forma preventiva y no solo reactiva?
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