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Paula Verónica “N” fue detenida por su presunta participación en red de trata que explotaba sexualmente a una niña, se documentó cómo lucraban con una infante
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El grito silencioso de una niña de 12 años encontró eco en las autoridades mexiquenses. Paula Verónica “N” descansa hoy tras las rejas del penal de Ecatepec, acusada de orquestar una red de explotación sexual infantil que operaba en la colonia Santa Clara.
Los hechos, que conmocionaron a la comunidad, salieron a la luz cuando investigadores de la Fiscalía estatal descubrieron el macabro modus operandi: trasladar a la menor para que sostuviera encuentros sexuales con adultos a cambio de dinero.
“Era un negocio bien aceitado”, reveló un agente ministerial bajo condición de anonimato. “La detenida y su cómplice masculino recibían beneficios económicos por cada ‘servicio’ que la niña era obligada a prestar”.

El caso, registrado el pasado 30 de junio, muestra la crudeza de las redes de trata que operan en el Estado de México, donde según cifras oficiales, el 40% de las víctimas son menores de edad.
La investigación comenzó cuando vecinos alertaron sobre movimientos sospechosos en una vivienda de Santa Clara. Agentes encubiertos documentaron durante semanas la operación, hasta reunir pruebas suficientes para obtener una orden de aprehensión.
“Fue un operativo quirúrgico”, describió el comandante a cargo del dispositivo que culminó con la detención en Cuauhtémoc Xalostoc.
Mientras Paula Verónica enfrenta su proceso legal, especialistas en derechos infantiles exigen medidas más contundentes. “Esto es solo la punta del iceberg”, advirtió Laura Méndez de la Red por los Derechos de la Infancia. “Necesitamos protocolos de prevención y sistemas de denuncia más eficaces”.
El caso ha reabierto el debate sobre la vulnerabilidad de menores en zonas marginadas. Mientras, la niña víctima recibe atención psicológica especializada, aunque los daños, advierten los expertos, podrían ser irreparables.
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