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Más de 23.8 millones de estudiantes se incorporaron a la educación básica en México, según datos de la SEP: 4.3 millones en preescolar, 13.3 millones en primaria y 6.2 millones en secundaria
Redacción
Grupo Cantón
Ciudad de México.- Al arrancar el ciclo 2023-2024, 550 mil niños y adolescentes (2.2% de la población en edad escolar) quedaron fuera de las aulas en México, según datos de la SEP e INEGI. Así, más de 23.8 millones de estudiantes se incorporaron a la educación básica en México, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP): 4.3 millones en preescolar, 13.3 millones en primaria y 6.2 millones en secundaria.
Sin embargo, el 2.2% de la población en edad de cursar la educación básica, se quedó sin oportunidad de estudiar. El abandono escolar responde, principalmente, a la pobreza económica, que afecta al 68% de los menores que dejan de estudiar, según un diagnóstico del CONEVAL.
La falta de recursos obliga a muchos a trabajar o apoyar en las tareas domésticas, mientras que otros factores son la migración (12%), la lejanía de los centros educativos en zonas rurales (9%) y el desinterés del entorno familiar (11%).
La Encuesta Nacional para la Medición del Abandono Escolar (ENAPE) detalla que casi la mitad de los jóvenes desertores (49.7%) señalan la falta de dinero como la principal causa para dejar la escuela. A esto se suman problemas estructurales como la escasa infraestructura escolar, la inseguridad en diversas regiones y la falta de docentes capacitados en comunidades alejadas.
En términos de cobertura, la tasa neta de escolarización en secundaria es de apenas 82.9%, mientras que el abandono escolar alcanza el 2.7% en ese nivel. En primaria, si bien la cobertura supera el 95%, todavía se registra un abandono de 0.3%.
Organismos internacionales como la UNESCO han advertido que la exclusión educativa perpetúa la desigualdad y limita el desarrollo económico del país. Expertos en educación señalan que la falta de acceso a la escuela genera un círculo vicioso de pobreza, trabajo infantil y falta de oportunidades.
El reto para las autoridades educativas es garantizar no solo la inscripción de los menores, sino también su permanencia en las aulas mediante programas de becas, alimentación escolar y fortalecimiento de la infraestructura educativa, sobre todo en zonas marginadas.
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