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Una fémina fue asesinada y un hombre resultó gravemente herido durante una agresión artera, los agresores, como siempre, escaparon sin ser detenidos.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La cotidianidad se rompió con estruendo en el municipio de Cuautitlán Izcalli cuando después de las siete de la mañana del miércoles un comando armado disparó contra un pequeño puesto de dulces y revistas ubicado a la orilla de la autopista México-Querétaro, justo frente al tianguis de la colonia Valle de la Hacienda.
Las balas segaron la vida de una mujer que atendía el local y dejaron malherido a un hombre que también trabajaba allí.
De acuerdo con testigos, los atacantes no dijeron palabra: descendieron de un vehículo, dispararon y huyeron. No hubo intento de robo ni discusión previa. Todo fue directo, calculado. Para quienes viven en la zona, esto no fue un hecho aislado, sino la confirmación de un deterioro constante.
“Vivimos con miedo, aquí ya no hay garantías de nada”, lamentó la señora Teresa, madre de familia y vecina del lugar. “Hace meses fue un asalto con muertos, la semana pasada un levantón. ¿Ahora esto? ¿Y los patrullajes que presumen?”
Aunque elementos municipales, estatales y hasta efectivos de la Guardia Nacional arribaron al lugar minutos después del ataque, no hubo detenidos ni información clara sobre los agresores. Tampoco se ofreció identidad oficial de las víctimas ni avances en la carpeta de investigación.
Para los habitantes de Valle de la Hacienda y colonias aledañas, la autopista ya no es una vía de tránsito, sino un corredor de muerte. A diario se reportan robos, desapariciones y ahora, asesinatos a plena luz del día.
Con la impunidad reinando y las familias obligadas a vivir entre sobresaltos, el grito colectivo es uno: ¡seguridad real y justicia inmediata! Pero hasta ahora, las autoridades estatales han respondido con silencio y operativos mediáticos que no frenan la violencia.
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