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Por Jorge Gómez Naredo
La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024. Esta medición, que se realiza cada dos años, ofrece un panorama sobre los ingresos y gastos de los hogares mexicanos, tanto monetarios como no monetarios.
La ENIGH es una de las mediciones más precisas para entender cómo ha evolucionado el ingreso de los hogares en México. Los resultados de este año son alentadores, ya que muestran claramente que los mexicanos perciben más ingresos y que las desigualdades económicas han disminuido.
El comunicado de prensa del INEGI señala: “En 2024, el ingreso total promedio por hogar fue de 27,307 pesos mensuales. Este se dividió en ingreso corriente, de 25,955 pesos, y percepciones financieras y de capital, de 1,352 pesos. El ingreso corriente promedio por hogar aumentó un 10.6 % respecto a 2022. Desde 2020, el crecimiento en el ingreso se ha mantenido, invirtiendo la tendencia negativa registrada desde 2016”.
Es decir, los mexicanos perciben cada vez más recursos por su trabajo, lo cual es una excelente noticia.
Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia, en México se implementaron cambios radicales en las políticas públicas, enfocados en beneficiar a los más pobres. Seis años después, los resultados son evidentes: los mexicanos viven con mayores ingresos y, aunque persisten desigualdades, estas han disminuido.
Estos datos respaldan la postura de López Obrador: para que al país le vaya bien, primero hay que apoyar a los más vulnerables.
Hoy, México es un país menos injusto. Por supuesto, aún queda mucho por hacer, pero cada día se observan mejores resultados. Esto sucede a pesar de que algunos opositores a la 4T argumentan que su política social ha sido un fracaso. La realidad contradice esas afirmaciones, y por eso hay apoyo popular a un proyecto de nación que prioriza el bienestar de las mayorías.
