Síguenos

¿Qué estás buscando?

Voces

España: todos robamos, todos mentimos

345 lecturas

Por Eduardo López Betancourt

El Reino de España, una de las naciones más importantes de la Unión Europea, tiene un antecedente significativo en nuestro país y se encuentra envuelto en actos de corrupción y en las mentiras de sus líderes.

Numerosos hechos de deshonestidad se atribuyen a los actuales representantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a su histórico adversario, el Partido Popular (PP). Begoña Gómez Fernández, esposa del presidente Pedro Sánchez, ha sido señalada por presunta-mente favorecer a diversas empresas utilizando su influencia como primera dama.

Isabel Díaz Ayuso, dirigente de la Comunidad de Madrid y militante del PP, también está involucrada en escándalos relacionados con su pareja sentimental, Alberto González Amador, quien ha realizado negocios irregulares al amparo del poder. Estos hechos, actualmente bajo procesos legales, no cesan, y las acusaciones entre PSOE y PP continúan, mostrando una situación grave y repleta de artimañas políticas.

Las falsedades se han convertido en motivo de atención pública: hoy se desacredita a un personaje y mañana se le presenta como dueño de la verdad. Un caso especialmente lamentable ha sido el de los currículum vitae: varios políticos de ambos partidos han presumido logros académicos falsos o imposibles de comprobar. Recientemente, una joven diputada del PP tuvo que renunciar al descubrirse la falsedad en sus datos. Sin pudor alguno, muchos presentan información profesional carente de sustento, evidenciando la inexistencia de títulos o grados.

Pareciera que mentir y robar se ha vuelto condición obligada para hacer carrera política. El planteamiento es claro: México no está lejos de cometer los mismos errores. Tal vez la diferencia radica en que, en España, se destapan las cloacas, mientras que en México predominan la duda, el silencio y la complicidad. Como dice el conocido refrán: “El que no tranza, no avanza.”

La Presidente Claudia no se cansa de insistir en que la prudencia debe ser la base de la vida política, aunque en la práctica hay oído sordos.

Te puede interesar

Advertisement