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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Ocuilan volvió a ser epicentro de un operativo ambiental de gran escala. En julio, las autoridades estatales, federales y de la Ciudad de México lograron incautar más de 64 metros cúbicos de madera cortada ilegalmente, una cantidad suficiente para llenar tres camiones tipo torton.
El operativo también permitió clausurar cuatro centros clandestinos donde se almacenaba y procesaba madera, con un total de más de 2 mil 300 piezas aseguradas.
Los operativos se desarrollaron en comunidades vulnerables del Bosque de Agua, donde la tala ilegal ha dejado cicatrices visibles. Desde noviembre de 2024, ya suman más de 20 acciones de este tipo, con un saldo de 18 camiones decomisados por contener madera de especies como pino, cedro y oyamel.
“No es justo que destruyan el monte mientras a nosotros se nos va el agua y se calienta el clima”, lamentó doña Irma, vecina de Santa Martha. Su testimonio se suma al de muchos residentes que han visto desaparecer zonas arboladas enteras en menos de un año.
Aunque reconocen los esfuerzos del gobierno, exigen que las acciones no se limiten a operativos aislados. “Queremos vigilancia fija, no solo cuando salen las notas”, reclamó don Aurelio, ejidatario de la región.
La estrategia incluye la presencia de 36 elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México y una base militar en Lagunas de Zempoala. Aun así, vecinos temen que sin vigilancia constante, los talamontes regresen por lo que queda del bosque.
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