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Por Juan R. Hernández
jraymond73@gmail.com
El sábado 19 de julio, La Magdalena Contreras vivió una de sus peores tormentas en años. En solo 45 minutos cayeron 60 litros de agua por metro cuadrado, lo que desbordó el Río Magdalena, colapsó el drenaje y provocó daños en vialidades, viviendas y espacios públicos. La emergencia puso a prueba la capacidad de respuesta de la alcaldía… y Fernando Mercado respondió.
Apenas unas horas después de la lluvia, el alcalde ya estaba en las zonas más afectadas, activando el Protocolo de Atención a Emergencias que divide el territorio en siete zonas con responsables específicos. Junto con Protección Civil, brigadas locales y el Operativo Tlaloque del Gobierno capitalino, comenzó la limpieza y atención inmediata a más de 87 viviendas afectadas.
Esa misma noche, acompañado de la secretaria de Gestión Integral de Riesgos, Miryam Urzúa, recorrió Lomas Quebradas, una de las zonas más dañadas. Al día siguiente, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, reconoció públicamente que en menos de 24 horas se dio atención total a la emergencia, sin pérdidas humanas que lamentar.
No es común ver este nivel de coordinación y eficacia. Mientras algunos usan las redes para el escándalo, Fernando Mercado las ha usado para informar, agradecer y orientar. Ha explicado con claridad los niveles de daño, el respaldo del seguro capitalino y las acciones que tomará su gobierno para apoyar lo que no cubra la póliza.
Se habilitó un albergue, se instalaron tres puestos de mando y las brigadas siguen casa por casa haciendo censos. La alcaldía entregó kits de higiene, utensilios de cocina y atención médica. No hubo indiferencia ni improvisación.
En momentos críticos, los liderazgos se demuestran en la acción. Y en esta ocasión, el alcalde Mercado mostró que la gestión pública también puede ser eficaz, sensible y cercana. La lección es clara: prevenir, actuar y servir. Así se gobierna.