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Violenta funcionaria y su familia a vecinos

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Son señalados de organizar fiestas privadas en la vía pública en MH, utilizar ilegalmente la electricidad a través de “diablitos” y responder con amenazas cuando los vecinos protestan

POR JUAN R. HERNÁNDEZ
GRUPO CANTÓN

Ciudad de México.- Habitantes de San Lorenzo Tlaltenango, uno de los últimos pueblos originarios de Miguel Hidalgo, acusan a Carmen Caravantes Camacho —funcionaria de la alcaldía con puesto de “Técnico Especialista B” y salario de $10,423 mensuales— y a su familia de extorsión, agresiones físicas y abuso de poder. Los vecinos aseguran que actúa con impunidad, presuntamente amparada por el alcalde Mauricio Tabe.

La situación ha escalado a tal grado que el pasado 10 de julio se reportaron daños a la propiedad privada, agresiones a ciudadanos y amenazas directas a quienes se oponen a sus excesos.

Raúl Paredes, exconcejal de la demarcación, denunció en entrevista con Diario Basta que esta familia organiza fiestas privadas en la vía pública, utiliza ilegalmente la electricidad a través de “diablitos” y responde con amenazas cuando los vecinos protestan. “Los tienen aterrados, si alzan la voz, los amedrentan diciendo que tienen influencia en la alcaldía”, afirmó.

Según Paredes, Carmen Caravantes no actúa sola. Su red de apoyo incluye a familiares como Karla Edith Cabello Caravantes, Ivonne Barraza y Eduardo Ávalos, quienes presumen tener cercanía con altos funcionarios. El propio director de Jurídico y Gobierno, César Garrido, aparece en videos recorriendo la colonia junto con la funcionaria, lo que refuerza la percepción de impunidad.

Es por ello que los vecinos han solicitado apoyo a las autoridades mediante el programa Blindar MH, pero no han recibido respuesta. “Cuando se llama a la policía o se busca a un funcionario, no hay quién atienda. Hacen oídos sordos porque saben que esta familia opera políticamente para el alcalde”, aseguró el exconcejal.

Ante la cercanía de las fiestas patronales de San Lorenzo, que inician el 10 de agosto, el temor aumenta. “Se trata de celebraciones que deberían ser familiares, pero que podrían derivar en desmanes, venta de alcohol y violencia si no hay vigilancia”, advirtió.

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