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La tortilla de maíz y su aporte a la salud digestiva

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Redacción Grupo Cantón 

De acuerdo con estimaciones de especialistas en salud pública, en México, ocho de cada diez personas podrían padecer algún tipo de trastorno gastrointestinal.

Entre los factores que contribuyen a este panorama se encuentran una alimentación deficiente en fibra, altos niveles de estrés, la automedicación frecuente y el consumo de productos ultraprocesados.

Ante este escenario, la tortilla de maíz ya sea elaborada con la masa tradicional o harina de maíz nixtamalizado como Maseca o Harimasa, entre otras, no solo destaca como un alimento esencial en la dieta diaria, sino también como un aliado accesible y constante para la salud digestiva, explicó la nutrióloga Nayeli Sarhí Blanco, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista, detalló que muchos de los beneficios de la tortilla de maíz se encuentran en su método de elaboración. “El proceso de nixtamalización transforma completamente el grano de maíz. Gracias a esta técnica ancestral, se mejora su perfil nutricional y su capacidad de ser digerido sin causar irritaciones”.

La nixtamalización consiste en cocer el maíz con agua y cal, lo que permite eliminar la cáscara externa del grano —una capa fibrosa y dura de digerir—, y a la vez liberar compuestos que permanecen atrapados en su estado natural. Según Blanco, esta transformación no solo facilita el procesamiento del alimento en el sistema digestivo, sino que también promueve la salud de la microbiota intestinal, al aportar nutrientes y ciertos compuestos prebióticos que contribuyen a un ambiente digestivo más equilibrado.

“La cocción con cal facilita su digestión y mejora la absorción de nutrimentos. Gracias a este proceso, el maíz aporta un mayor contenido de calcio y vitaminas del complejo B, especialmente niacina, que son fundamentales para el organismo”, puntualizó la especialista.

Entre los nutrientes que más se aprovechan se encuentra el calcio, que en su forma natural está poco disponible para el cuerpo. Con la nixtamalización, la biodisponibilidad de este mineral aumenta significativamente, lo que resulta clave para la salud ósea y muscular. De hecho, se estima que la tortilla aporta entre 10% y 20% del requerimiento diario de calcio en una dieta promedio.

La niacina (vitamina B3), otro de los nutrientes liberados durante la nixtamalización, es esencial para el metabolismo energético, el sistema nervioso y la piel. Su deficiencia puede causar pelagra, enfermedad que se caracteriza por lesiones cutáneas, diarrea crónica y problemas cognitivos. Antes de que la nixtamalización fuera una práctica generalizada, este padecimiento era frecuente en poblaciones que basaban su dieta casi exclusivamente en maíz sin tratar.

Blanco precisó que estos beneficios cobran especial relevancia durante la segunda mitad del año, cuando suelen incrementarse los casos de enfermedades gastrointestinales debido a cambios en la temperatura, mayor humedad y variaciones en la conservación de los alimentos. “Consumir alimentos elaborados de manera tradicional, que faciliten la digestión y contengan nutrientes protectores, puede hacer una diferencia importante en la salud digestiva de la población”, comentó.

Un alimento con valor histórico y cultural

La tortilla -ya sea elaborada con masa tradicional o con harinas de maíz adicionadas con vitaminas y minerales como las de Maseca, Maza Real o Harimasa- no es solo un alimento. A través de su historia, se ha consolidado como símbolo cultural, vehículo de identidad y, en muchos casos, base de la seguridad alimentaria. Su consumo diario, que supera en promedio las 300 calorías por persona, contribuye a cubrir parte importante de los requerimientos energéticos y proteicos.

En México, se calcula que un adulto puede consumir entre 2 y 5 tortillas por comida, lo que refleja su relevancia cotidiana. El proceso de nixtamalización, además de aumentar la digestibilidad y el contenido de nutrientes, mejora el sabor y la textura, lo que facilita su incorporación en múltiples platillos.

“La nixtamalización es uno de los aportes más importantes de las culturas mesoamericanas al mundo. Hoy sabemos que tiene implicaciones directas en la nutrición y en la salud digestiva, que es un tema que muchas veces se pasa por alto cuando se habla de la tortilla”, explicó Blanco.

Otro aspecto que la especialista destacó es la accesibilidad de este alimento. La tortilla de maíz mantiene un precio relativamente estable y es uno de los productos con mayor disponibilidad en el país, lo que la convierte en una opción asequible para personas en condiciones de vulnerabilidad. A diferencia de otros productos industrializados, su elaboración tradicional no requiere aditivos ni conservadores que puedan alterar la microbiota intestinal.

“La tortilla de maíz es un vehículo de energía, proteína, fibra y minerales a un costo muy bajo. Pero es importante que su consumo se adapte a las necesidades de cada persona”, comentó la nutrióloga.

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