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Por Ricardo Sevilla
Recientemente, se ha vuelto a encender la discusión en torno a la supuesta ausencia de publicidad oficial en TV Azteca, una afirmación que, al ser examinada con datos duros, revela una complejidad que va más allá de las meras declaraciones.
La presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que TV Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, no recibe fondos por concepto de publicidad gubernamental desde el sexenio anterior, mientras gobernaba AMLO.
La razón esgrimida es contundente: la televisora mantiene adeudos fiscales con el erario público, lo que, según las autoridades, impide cualquier asignación de recursos. Esta postura se ha mantenido firme ante la insistencia de reporteros que, basándose en registros previos, señalaban que tanto Televisa como TV Azteca continuaban siendo beneficiarias de estos contratos.
En México, lamentablemente, las televisoras continúan siendo actores fundamentales en la formación de la opinión pública.
En ese sentido, la capacidad de un gobierno para influir en los medios a través de la publicidad oficial ha sido, en otros sexenios, una herramienta de control y de promoción de su agenda.
Este gobierno, y eso se tiene que aplaudir, ha decidido no intervenir en el contenido de los medios de comunicación privados.
Ahora bien, la mención de los adeudos fiscales como razón para negar la publicidad oficial introduce un elemento de justicia fiscal en el discurso. Esto apela a un sentimiento popular de que las grandes corporaciones deben cumplir con sus obligaciones. Y Salinas Pliego no puede ser la excepción.
Y eso lo sabe perfectamente, Ricardo Salinas Pliego. Por eso su pronta respuesta a los señalamientos de la presidenta Sheinbaum.
La respuesta del dueño dé Elektra no es el mero intercambio de un punto de vista, sino un acto performativos que buscan desafiar al gobierno federal.
¿Y sabe por qué? Porque Ricardo Salinas Priego buscará a la Presidencia en 2030.
