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Hartazgo total en Tecámac

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Cansados del olvido, familias de la colonia Margarito F. Ayala bloquearon por dos horas la autopista México-Pachuca, colapsando el tránsito desde Ojo de Agua

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

La paciencia se agotó en la colonia Margarito F. Ayala, en Tecámac. Cansados del abandono institucional, sus habitantes decidieron bloquear el martes por la mañana, la autopista México-Pachuca, una de las más transitadas del Estado de México.

Durante casi dos horas, redujeron la circulación a solo dos, de los cinco carriles en dirección a la Ciudad de México, generando un severo caos vial que se extendió desde la caseta de Ojo de Agua hasta varios kilómetros atrás.

La protesta, protagonizada en su mayoría por mujeres, adultos mayores y familias completas, fue una respuesta directa al olvido que, aseguran, han padecido por años. Los reclamos son claros: pavimentación del acceso principal a su comunidad, mantenimiento de caminos en pésimas condiciones y la instalación urgente de señalizaciones y topes para reducir accidentes.

“Nos tienen olvidados. Nuestro acceso es pura terracería, lleno de hoyos, piedras y lodo cada que llueve. Ya estamos cansados de pedir lo mismo sin que nos escuchen”, reprochó doña Carmen, una vecina que participó activamente en el bloqueo. El mal estado del camino no solo afecta su movilidad diaria, sino que también ha provocado accidentes y dificulta el paso de ambulancias o servicios de emergencia.

Pese a que la Guardia Nacional confirmó la reapertura total de la autopista cerca de las 10:00 de la mañana, los vecinos dejaron en claro que no se trató de una retirada definitiva, sino de un voto de confianza temporal mientras esperan una respuesta oficial. “No queremos molestar, pero si no nos hacen caso, vamos a regresar y ahora sí no nos vamos hasta que vengan a arreglar nuestras calles”, advirtió tajante don Mario, otro residente.

La molestia entre los automovilistas fue evidente. Sin embargo, muchos también mostraron empatía hacia la causa. “Claro que desespera estar parado aquí sin avanzar, pero también entiendo a la gente. Si no protestan, nadie los pela”, comentó resignado un conductor que permaneció casi una hora atrapado en la fila.

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