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En las calles vecinos y trabajadores coinciden en que la tradición de la pirotecnia no debe significar una sentencia de muerte, y que falta supervisión y capacitación.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La reciente explosión registrada en la zona de La Saucera ha dejado una vez más a la comunidad de Tultepec sumida en el dolor, la impotencia y la rabia.
El jueves se confirmó la muerte de otra persona para sumar dos decesos entre ellas Alejandra Sinaí Cortés, quien falleció en el hospital por quemaduras graves y las heridas de al menos nueve más, han reactivado las viejas exigencias de habitantes y artesanos: seguridad real y acciones firmes que eviten que la tradición pirotécnica de Tultepec siga cobrando vidas.
El estallido, ocurrido la tarde del miércoles, provocó una destrucción total en 15 módulos de fabricación de cohetes y dejó bajo investigación toda la zona.
Mientras bomberos y cuerpos de emergencia trabajan en la evaluación de daños, los vecinos y trabajadores denuncian que esta tragedia, como muchas anteriores, “era previsible y, por tanto, evitable”.
“Esto no es un accidente, es una consecuencia. Cada año vivimos esto y nadie hace nada. Ya es costumbre ver morir a nuestros compañeros”, reclamó indignado Juan Pérez, pirotécnico que desde hace más de dos décadas trabaja en el municipio.
En la mañana siguiente al siniestro, cientos de artesanos se congregaron en el lugar para intentar rescatar herramientas, materiales y maquinaria sepultada bajo los escombros. Sin embargo, se toparon con un cerco de elementos de la Fiscalía estatal que les negó el acceso, bajo el argumento de que el área aún era parte de una investigación. La medida desató un nuevo episodio de tensión y enojo entre los pobladores.
“Entendemos que hay procesos legales, pero también necesitamos trabajar, sobrevivir. Perdimos todo. ¿Qué vamos a hacer si no nos dejan entrar ni a ver?”, cuestionó María Hernández, madre de tres hijos y esposa de uno de los lesionados.
El sentimiento de abandono y frustración se incrementó con la reunión privada celebrada en el Museo Nacional de la Pirotecnia, en la que autoridades y representantes del gremio, discutieron medidas emergentes.
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