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Por Mario López
GRUPO CANTÓN
Tultepec es un municipio reconocido, identificado y promovido como la “Capital Nacional de la Pirotecnia” y en ese sentido, especialistas coinciden que en los últimos años ostenta una pesada carga por ser reconocido así, y también con el costo humano y económico de una actividad que, lejos de estar regulada eficazmente, ha sembrado “muerte y destrucción”.
Durante los periodos de gobierno de Sergio Luna Cortés, quien ha ocupado en múltiples ocasiones la presidencia municipal, se han registrado decenas de accidentes relacionados con la elaboración y venta de productos pirotécnicos.
Tan solo entre 2002 y 2025, medios y reportes oficiales dan cuenta de más de 50 explosiones, siendo la más mortífera la del mercado de San Pablito en 2016, que dejó 42 muertos y más de 60 heridos, además de pérdidas económicas millonarias.

En lo que va del 2025, Tultepec ha contabilizado al menos tres nuevos accidentes, incluyendo uno en la zona de talleres de La Saucera el pasado 11 de junio, donde dos personas perdieron la vida y ocho más resultaron heridas, además de quedar inutilizados varios talleres.
Las explosiones son constantes: cada año se presentan entre dos y cuatro incidentes graves, con víctimas y destrucción. Los habitantes de Tultepec viven con miedo, mientras los gobiernos municipales han sido omisos en implementar “un sistema preventivo robusto” y eficiente a la actualidad.
Sergio Luna Cortés ha presumido alianzas con expertos internacionales, como una firma con especialistas japoneses, así como talleres de capacitación para los artesanos.
No obstante, estas acciones han sido insuficientes. No hay evidencia de que hayan disminuido los accidentes, ni tampoco hay transparencia sobre recursos invertidos, ni fiscalización real en zonas como San Pablito o La Saucera.
Tampoco se ha fortalecido la coordinación con autoridades estatales o federales para actualizar los protocolos de producción y almacenamiento “y mucho menos las autorizaciones otorgados por la Sedena”. Las omisiones de su administración han sembrado una continuidad “trágica”.
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