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Desorden comercial termina en balacera

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Un operativo para remover un puesto de comida en Huehuetoca terminó a balazos, sembrando el terror entre padres y alumnos de una primaria cercana.

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

Lo que comenzó como un operativo de rutina terminó en una escena de violencia que sacudió el centro de Huehuetoca. Policías municipales intentaron retirar un puesto de tacos presuntamente instalado de forma irregular en la vía pública.

Sin embargo, el intento derivó en un enfrentamiento armado entre los presuntos responsables del negocio y los agentes, justo a unos metros de una escuela primaria, provocando el pánico de padres, estudiantes y comerciantes.

“Fue algo terrorífico. Estaban saliendo los niños cuando empezaron los balazos. Todo el mundo corría y gritaba”, relató Rosa Martínez, madre de familia que presenció el caos.
A pesar de lo sucedido, no se reportaron personas detenidas ni lesionadas, y el puesto señalado continuó operando con normalidad horas después del incidente.
Este hecho ha reavivado el debate sobre el desorden comercial en el municipio, donde cada vez es más evidente la falta de una política clara para regular el ambulantaje. Miguel Ángel, comerciante establecido de una papelería cercana, criticó con dureza lo ocurrido: “¿De qué sirve que unos cumplamos con permisos y pagos si otros pueden vender donde quieren y hasta disparar sin consecuencias?”.

La inconformidad va más allá del susto. Desde el inicio de la actual administración de Juan Manuel López Adán quien repite como alcalde, se había prometido reordenar el comercio informal, comenzando por la avenida Juárez.

En un principio, la estrategia parecía funcionar mediante acuerdos con los vendedores, pero con el paso de los meses comenzaron las acusaciones de trato preferencial y omisiones deliberadas.
Gabriela, una vendedora que tuvo que cerrar su puesto de garnachas tras 15 años, es una de las más afectadas. “Me pidieron irme para liberar el espacio, pero luego dejaron que otros se quedaran. No hubo justicia. Hay quienes están ahí por tener palancas en el ayuntamiento”, denunció.
Además de comerciantes formales inconformes, el clero también se pronunció. El padre Javier Morales, cuya parroquia se ubica a pocos metros del lugar de los hechos, cuestionó el actuar del gobierno local.

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