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Los icónicos ejemplares han ido deteriorándose con velocidad en los últimos años, en especial la llamada palma canaria
Por Diego Raya
CIUDAD DE MÉXICO.- Las palmeras de la capital, especialmente las del tipo canaria (Phoenix canariensis), enfrentan una crisis sanitaria provocada por hongos y bacterias que comprometen su vida y representan un riesgo para la seguridad pública. Aunque el gobierno capitalino ha destinado recursos para atender esta problemática, los esfuerzos han resultado insuficientes frente a la magnitud del deterioro.
En 2022, la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) anunció una inversión de 60 millones de pesos para el saneamiento de árboles y palmeras, incluyendo la aplicación de endoterapia en ejemplares vulnerables y la sustitución de aquellas sin posibilidad de recuperación. Sin embargo, para 2025, se estima que cerca de 15 mil palmeras presentan signos de la pudrición rosa, una enfermedad causada por un hongo que destruye los tejidos internos de la planta, dejándola seca y sin posibilidad de recuperación, tal como se observan distintos ejemplares en las avenidas de la ciudad.
CAUSA DEL PROBLEMA
Además de dicho hongo, se han identificado otros patógenos y bacterias que, en conjunto, debilitan a las palmeras y las hacen más susceptibles a enfermedades. Estas infecciones suelen comenzar por heridas en las hojas causadas por insectos, lo que facilita la entrada de patógenos, dichos patógenos, según información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Las palmeras canarias fueron traídas a la capital en la década de 1940, y desde entonces debieron adaptarse al clima y suelo de la capital; también al cambio climático y la introducción de nuevas plagas, lo cual, ha acelerado su declive. Esta situación no solo afecta el paisaje y a los ejemplares, sino que también representa un peligro para la ciudadanía, ya que ha habido reportes de palmeras que han colapsado.
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