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Por Pedro Linares Manuel
La escuadra y el compás tienen un origen ancestral en los antiguos gremios de constructores de catedrales. Eran herramientas reales: instrumentos esenciales para trazar líneas rectas, medir proporciones, diseñar estructuras armoniosas.
Su uso preciso era garantía de belleza, estabilidad y verdad en la obra. Por eso, cuando la masonería transita de operativa a especulativa, adopta estos instrumentos como símbolos vivos del arte de edificar… pero no ya templos de piedra, sino el templo interior del ser humano.
La escuadra representa la rectitud. Es el instrumento que traza lo justo, lo firme, lo coherente. En la vida del masón, simboliza la honestidad, el equilibrio moral, la acción alineada con los principios. Vivir “a escuadra” es vivir sin dobleces, con integridad en cada decisión.
El compás, por su parte, encierra el misterio del límite. Enseña a dominar los excesos, a trazar círculos concéntricos de reflexión, a mantenerse centrado. Representa el control del deseo, la moderación, la sabiduría de contener y medirse antes de actuar.
SÍMBOLO SAGRADO
Ambos juntos forman un símbolo sagrado: uno dirige lo que construimos hacia afuera; el otro, hacia adentro. La escuadra guía nuestras acciones en el mundo. El compás, nuestras pasiones y pensamientos.
Su entrecruzamiento no es casual: forma una puerta simbólica abierta hacia lo alto, hacia lo invisible, hacia lo trascendente.
En masonería, llevar el compás y la escuadra es recordar que el verdadero poder no está en imponer, sino en construirse con virtud. No en mandar, sino en dominarse. No en aparentar, sino en irradiar luz desde adentro.
La escuadra y el compás, juntos, son un símbolo clave de la masonería, representando una combinación de juicio, equilibrio y estabilidad. En términos masónicos, la escuadra simboliza la rectitud y la ética, mientras que el compás representa el pensamiento y la inteligencia.
Juntos, indican la necesidad de equilibrar la razón y la virtud en la vida de un masón. La letra G: A menudo se encuentra la letra “G” en el centro de la escuadra y el compás, representando el punto focal de la masonería, la “Gran Logia” o el “Gran Arquitecto del Universo”.
Y tú, lector… ¿con qué estás trazando tu vida? ¿Es recta tu acción, es sabio tu límite? La masonería te invita a tomar tus propias herramientas y comenzar hoy la obra más sagrada: la de convertirte en un verdadero arquitecto de ti mismo.
