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Por Salvador Guerrero Chipres
En el siglo XIX, Georg Cantor revolucionó el mundo de las matemáticas al formalizar la teoría de conjuntos, basada en conceptos simples pero poderosos: elementos, pertenencia, subconjunto, unión e intersección.
Desarrollada como herramienta puramente matemática, tiene aplicaciones conceptuales muy valiosas en la política de seguridad moderna, sobre todo en el diseño de sistemas complejos, coordinación institucional y análisis estratégico.
En seguridad solía haber un trabajo individual incluso con pugnas entre dependencias. Ocurría entre lo que fue la Procuraduría General de Justicia y la entonces Secretaría de Seguridad Pública.
Aplicar la lógica de conjuntos implica que la eficacia real surge de la intersección, de la oportunidad de compartir información, responsabilidades o capacidades. Una estrategia de seguridad fortalecida por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, basada en sinergias y detonante de una reducción en la incidencia delictiva de 66.6 por ciento entre el primer cuatrimestre de 2019 y el mismo periodo de 2025.
Reducir la incidencia delictiva en una metrópoli como la CDMX no es una tarea menor. Se trata de entender las estrategias como sistemas interconectados, donde la potencia depende de la capacidad para coordinar esfuerzos, compartir información y actuar como un cuerpo. Lo entienden y aplican la Fiscal General de Justicia, Bertha Alcalde, y el Secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez.
Una lógica de combate a la delincuencia inspirada en la teoría de conjuntos, en la intersección de subconjuntos y la probabilidad de compartir elementos. En esa idea resultan centrales aspectos como los nuevos vehículos policiales a entregarse hoy en Cuajimalpa por el alcalde Carlos Orvañanos, y la operación en la demarcación de 728 cámaras del C5 con más de mil 768 flujos de video y la atención este año de casi 9 mil 500 reportes al 9-1-1.
La seguridad también tiene modelos, aunque no siempre sean matemáticos. Uno de ellos, la CDMX.
