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Javier Valdez 8 años

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Se cumplen 8 años del asesinato del periodista Javier Valdez, corresponsal de La Jornada y creador del semanario RíoDoce, un artículo de ese semanario pregunta en ¿Qué ha cambiado?, en tanto, La Jornada, su casa, dedicó ayer una columna firmada por Gustavo Castillo que parece responder a la pregunta al titular su columna: Después de ocho años, El Mini Lic sigue impune por el crimen de Javier Valdez. Lo cierto es que no es el único crimen que sigue impune, está por ejemplo el de Lourdes Maldonado, (Lubi, para los que la conocimos de cerca), quien en una mañanera y con voz angustiada le dijo al presidente López obrador: “presidente, temo por mi vida” y al poco tiempo fue ultimada a las puertas de su casa.

En estos años de transformación, el Mecanismo de Protección a Periodistas ha protegido a unos (algunos, me consta que ni lo merecen) y a otros los deja, como a Lubi, solo con un botón de pánico que, como es obvio, es insuficiente. Los que se han subido al carro de la estridencia y de las publicaciones pagadas (hay nuevos y no solo los conocidos), disfrutan de esa protección que a veces llega con custodia y hasta con dinero.

La desigualdad y el riesgo para los que hacen periodismo serio sigue ahí y es patente; del año 2000 a la fecha han sido 171 los periodistas asesinados “presuntamente” por ejercer su labor y el conteo sigue al ser víctimas del crimen organizado o de figuras de poder.

El periodismo serio es un oficio de alto riesgo en el que, la mayoría de los que lo ejercen, lo hacen sin la menor protección jurídica o social, sin un contrato y menos el derecho a una pensión, sin embargo, dedican su tiempo y su vida a la investigación de una nota que dará al periódico en el que labora o la plataforma en la que colabora, “la de ocho” que después otros retomarán y comentarán, a veces, sin siquiera dar crédito al autor original.

La labor periodística y su protección total sigue siendo una de las muchas asignaturas pendientes en este país en el que buscar la información es un ejercicio de alto riesgo. Valdez no era de estridencia era de verdades; no era de “cobros” para pasar una nota, era de investigación y fundamento. La prensa libre y digna merecería más respeto a su voz y menos focos a los estridentes.

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamariavazquez

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