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Derecho de pataleo

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Antes, en las funciones de teatro, cuando la obra era mala, el público acostumbraba patalear sobre la madera del piso y golpear el respaldo metálico de los asientos a fin de que el desacuerdo ante la pésima actuación fuera evidente; durante el neoliberalismo, pocas fueron las voces valientes que se animaban a enfrentarse y manifestar su disgusto, otros grupos sociales como los maestros, feministas, El Barzón, aun con la represión de otras épocas, se arriesgaban a golpizas, encierros y hasta desapariciones…el pataleo, el derecho a disentir, a no estar de acuerdo, a criticar actos que nos parecen injustificables, forma parte de las libertades que como ciudadanos hemos ganado a través del tiempo. Es válido no estar de acuerdo, es válida la crítica y es, incluso hasta sano criticar al movimiento más importante del país cuando las acciones parecen desde fuera, se equivocan los que piden pragmatismo, silencio y obediencia eterna cuando olvidan que fueron las bases las que los encumbraron. ¿La meta de afiliar a 10 millones de ciudadanos compensará a los decepcionados que dejan la militancia?

Y mientras el Instituto de Formación Política de Morena anuncia sus nuevas redes en X y Facebook, la página oficiale del partido muestra la carta de la presidenta Claudia Sheinbaum y debajo de ella, el enlace a los “Lineamientos para el comportamiento ético que deben tener las personas representantes, servidoras públicas, protagonistas del cambio verdadero y militantes de Morena”, muestran la contradicción entre los postulados que más parecen letra muerta, ante las acciones de la dirigencia.

No le pidan a un pueblo que ha luchado por años que guarde silencio, no le pidan silencio entre la militancia que “aflojada en terracería” no está dispuesta a dar un cheque en blanco a las dirigencias que, además, también se dan el lujo de ignorar.

Y más que al diálogo, pretende la “educación del silencio”. Pasó la etapa de “si no les gustan estos principios, tengo otros”; los principios son unos y están muy claros en la carta de la presidenta. Las “nuevas adquisiciones”, blanqueadas, no pasan inadvertidas a la militancia que se ha ganado, al menos, el derecho de pataleo.

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamariavazquez

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