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Por Juan R. Hernández
En un país donde 3 de cada 4 menores de padres separados no reciben pensión alimenticia, la propuesta de Morena para negar el acceso a espectáculos a deudores alimentarios es más que polémica: es una forma de presión social que pone el dedo en la llaga. ¿Por qué alguien que evade su responsabilidad básica debería disfrutar del concierto de su banda favorita mientras su hijo carece de lo esencial?
El diputado Pedro Haces plantea lo obvio: no hay justicia si quien incumple su deber parental sigue su vida sin consecuencias tangibles. La iniciativa busca que el REDAM sea algo más que una lista simbólica y pase a tener efectos concretos. La pobreza tiene rostro de mujer y de infancia abandonada. Urge visibilizarlo porque seguramente será polémica la discusión.
En paralelo, otra cara de la exclusión se manifiesta. Rebeca Peralta, del PVEM, propone incentivar a las empresas que contraten a personas en proceso de reinserción. ¿Qué hacemos con quien ya pagó su deuda y quiere rehacer su vida? La respuesta institucional debe ser incluyente, no punitiva. Integrarlos al trabajo formal no solo les dignifica, también ahorra al Estado en cárceles y vigilancia.
Mientras tanto, Clara Brugada intenta enfrentar otra deuda: la ambiental. El nuevo mecanismo metropolitano contra la contaminación, con participación empresarial y acciones climáticas, es una apuesta ambiciosa que exige corresponsabilidad.
Justicia social, reinserción y aire limpio. Tres frentes de un mismo desafío: construir una ciudad donde todos aportemos, nadie quede atrás… y nadie respire aire sucio mientras otros siguen contaminando impunemente.
