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EGO Y ESCENCIA

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Por Pedro Linares Manuel

GNOSIS PARA EL ALMA MODERNA

¿Quién eres cuando nadie te ve? ¿Quién toma decisiones cuando te ofendes, cuando amas, cuando huyes o cuando insistes? ¿Es tu alma… o tu ego? Observarnos sin juicio es uno de los actos más revolucionarios en el camino gnóstico.

No se trata de cambiar de inmediato, sino de mirar con profundidad. En esta vida moderna, donde todo ocurre tan rápido, es fácil confundir lo que mostramos con lo que somos.

Pero Gnosis nos recuerda: no somos lo que aparentamos, ni lo que acumulamos, ni lo que reaccionamos. En el interior de cada ser humano conviven tres fuerzas: la personalidad, la esencia y el ego. Saber diferenciarlas es comenzar a despertar.

La personalidad es funcional:

Nos permite interactuar, expresarnos, formar un rol en la sociedad. Pero no es eterna, ni auténtica. La construimos con lo aprendido, lo imitado, lo condicionado. Es útil, pero no puede guiarnos si queremos vivir desde la verdad.

La esencia es nuestra semilla divina. Lo que fuimos al nacer y lo que en el fondo seguimos siendo. Es presencia pura, curiosidad genuina, amor sin expectativas. Cuando actuamos desde la esencia, hay paz, hay claridad, hay sentido. Pero con el paso de los años, esta queda sepultada por el ego.

El ego no es una entidad externa:

Es la suma de nuestros defectos psicológicos. Ira, orgullo, pereza, vanidad, miedo, envidia. Cada vez que reaccionamos sin conciencia, quien actúa es uno de esos “yoes” mecánicos que nos dominan. Por eso sufrimos, repetimos patrones, nos saboteamos.

Desde la Gnosis, el trabajo interior comienza cuando decidimos vivir atentos: ¿quién está hablando en mí ahora? ¿Estoy desde la máscara, desde la herida… o desde el alma?

La buena noticia es que podemos elegir. Podemos alimentar la esencia con actos simples: una mirada honesta, un silencio profundo, una palabra con amor.

El alma necesita espacio para manifestarse y brillar. Hoy, la revolución más urgente es volver a lo esencial. Porque cuando el alma toma la palabra… la vida comienza a tener sentido.

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