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MARIO LÓPEZ
Edomex.- En Chimalhuacán, la inseguridad se ha transformado en parte del paisaje urbano. Lejos de reducirse, el delito avanza sin freno, mientras el gobierno municipal permanece rebasado, ausente ante el reclamo generalizado de una ciudadanía que vive con miedo constante.
Las promesas de campañas y discursos oficiales no han logrado materializarse en políticas efectivas, y la confianza de la población en sus autoridades se erosiona a cada nuevo crimen.
Los datos lo confirman: de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), más del 80% de los habitantes se sienten inseguros en este municipio del Estado de México.
La cifra, lejos de sorprender, refleja una realidad que se respira en cada calle, mercado o parada de transporte público.
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